La campiña cordobesa es tierra de cereal por excelencia. Durante siglos, el paisaje de tierra calma característico ha permanecido casi fosilizado desde la época ibero-romana hasta nuestros días. No es hasta mediados del siglo pasado cuando, con las nuevas orientaciones de la Política Agraria Comunitaria, la mejora tecnológica y el avance del regadío, la campiña comienza a transformarse lentamente [1, 2]. De esta transformación hablaremos en su momento.
Vista general de la campiña desde el Montecillo (E. Mellado, octubre 2003).
De la importancia de este cultivo en la antigüedad han quedado por todo nuestro territorio restos de herramientas o almacenes de grano. Ya hablamos en una entrada anterior de la presencia de numerosos molinos de distintas épocas en nuestro entorno [3]. También son típicas las hoces de neolítico para la cosecha del cereal [4], cuyos restos (mangos, dientes de sílex) podemos observar en todos los museos locales de nuestra provincia.
Hoces encontradas en el yacimiento de La Draga (Bayolas) http://www.banyolescultura.net/dragesp0.htm
Representación de hoces y otras herramientas del Museo Arqueológico de Castro del Río (E. Mellado, julio 2003)
De la importancia de los distintos de almacenes de grano o silos, la toponimia local nos da buen ejemplo. En Córdoba podemos encontrar el municipio de Las Sileras, la Cueva de La Silera de Benamejí [5], y cortijos como el Nuevo de la Silera, y como no, nuestra Silera.
Fragmento del mapa geográfico del Reino y Obispado de Córdoba (1797)
Francisco Espartero da buena cuenta de su historia, usos y cómo en 1991 fue derribado el edificio que todos conocemos por La Silera [6]. Para ver la importancia del esta población con jurisdicción propia se puede consultar datos adicionales sobre la titularidad de la propiedad, extensión y cultivos, entre otros, en el Catastro de Ensenada (1750-1754) [7].
En esta entrada intentaremos profundizar en el origen remoto de La Silera a través de la descripción de diferentes sistemas de almacenamiento de cereal que desde la época ibero-romana hasta la Edad Media se utilizaron en la comarca. Los más antiguos recuerdan los hoyos, pozos y galerías de La Silera, comentando incluso que al ser Cárcel durante algún tiempo, existían galerías que desde el Cortijo llegaban al Cerro de la Horca donde se procedía a la pena máxima. Los más atrevidos incluso llegaron a descender en tiempos mozos al interior de estas “galerías”. Sin embargo, en mis tiempos, lo único que recuerdo son las ruinas de un impresionante edificio en las que buscamos lagartos y bichos similares.
Panorámica del entorno de la Silera (E. Mellado, abril 2004)
Sobre los diferentes tipos de silos y su localización en la provincia de Córdoba, Pedro Lacort [8] nos ofrece una detallada descripción. La lista de Cortijos de la Campiña en los que aparecen silos subterráneos es amplia. Sin embargo, los encontrados en el Caserío del Gramalejo en Castro del Río y en el Cortijo Nuevo de la Silera en Córdoba son los más estudiados. José Antonio Morena aporta nuevos datos y en el municipio de Baena cita las estructuras encontradas el Arroyo del Pilar, Cortijo de Peñaomar, cerro de Santa Catalina y el Cortijo de Alcoba Alta [9].
Sección de dos silos del Caserío del Gramalejo (Castro del Río) [8]
Los silos descritos por Lacort y Morena presentan una estructura común con algunos detalles diferenciadores correspondientes a la época de construcción y posterior reutilización. Las estructuras suelen aparecer agrupadas, como un campo de silos de extensión variable. En Castro, se localizaron 10 silos en una parcela de 300 x 150 metros en la que sería probable encontrar nuevas estructuras. Diez son también los silos encontrados en el Cortijo Nuevo de la Silera. Se sitúan en zonas elevadas para evitar la acumulación de agua y la humedad en el suelo.
Sección de un silo del Cortijo Nuevo de la Silera (Córdoba) [8]
Los silos eran excavados a modo de pozos de planta circular con una profundidad variable de varios metros y en forma característica de “botella”. La boca se cubría con piedras cilíndricas o cuadradas. Algunos de los estudiados aparecen conectados, sin ningún tipo de recubrimiento mientras que en otros aparecen ladrillos de origen romano. De acuerdo con los restos encontrados en sus alrededores, el origen de las estructuras es anterior a la época romana (Cortijo del Gramalejo), aunque su uso se extiende en algunos casos hasta la Edad Media.
De la Edad Media es también la estructura descubierta en el yacimiento de la Cueva de la Silera de Benamejí. En este caso se trata de una extensa galería excavada directamente en la caliza con varias dependencias, y como en el caso de otras estructuras similares, tuvo varios usos, como granero, almacén de ganado o refugio de bandoleros [5].
Cueva de la Silera
[5]
Cerca de Albendín, también encontramos otras estructuras complejas que pudieron servir de granero durante la época romana. Se trata de un conjunto de construcciones realizadas en opus caementicium romano, conocido como las cuevas del Carchena. El conjunto se extiende sobre una superficie mínima de 10.000 metros cuadrados. La mayor parte de las edificaciones permanecen bajo tierra, con bocas abiertas que delatan su presencia. El conjunto incluye cuatro edificios aislados de planta rectangular con cubiertas abovedadas.
Croquis de los almacenes del complejo de las cuevas del Carchena [10]
Junto a estos almacenes aparece otra edificación a modo de gran galería abierta por ambos extremos de 31 metros de longitud y cubierta con bóveda de medio cañón. Si los edificios anteriores tenían la finalidad de almacenamiento de cereal, la complejidad y estructura de este nuevo edificio tendría funciones adicionales de tipo administrativo o de gestión de los productos almacenados.
Croquis de edificio singular del complejo de las cuevas del Carchena [10]
Vistas del exterior e interior del complejo de las cuevas del Carchena. Ver magnífica colección de fotos de nuestro buen amigo Emilio López http://www.flickr.com/photos/vertice1/sets/72157618646052929/
No sabemos qué tipo exacto de estructuras nos podemos encontrar bajo nuestra Silera. Lo silos subterráneos estudiador por Lacort y Morena podrían coincidir con algunos de los “pozos” y “hoyos” descritos por algunos de los que en su día conocieron el Cortijo y sus alrededores. Sin embargo, la alusión a galerías y túneles, nos haría pensar en estructuras de mayor tamaño como las descritas en el Carchena o en Benamejí.
Sobre su origen, el gran número de los restos romanos que se encuentran en los alrededores nos haría pensar en la época romana, aunque no descartamos épocas anteriores a la vista de yacimientos iberos de los alrededores. Tampoco descartamos la posibilidad de su uso hasta bien entrada la Edad Media, así como la existencia de estructuras más complejas dada la importancia y valor que en su día se diera al paraje en el repartimiento y posterior venta del Señorío de Albendín. La importancia de la Silera se mantuvo en el tiempo como se deduce de los datos correspondientes del Catastro de Ensenada (1752), aunque no hay referencia alguna a los silos en las 15 hojas de respuestas generales.
Tampoco descartamos la existencia de otras estructuras con función hidráulica o incluso que las descritas tuvieran esa misma finalidad. Al respecto, Lacort señala esta posibilidad en el caso del complejo del Carchena. Algunas de las descripciones que hemos recogido de varios vecinos de Albendín, incluyen tuberías y materiales de recubrimiento, que bien podrían ser conducciones de plomo y opus signinum, típicos de cisternas, aljibes y otras estructuras de almacenamiento de agua descritas en villas y localidades de origen romano en la propia campiña, no muy lejos de Albendín.
Ahora en pleno auge de puesta en valor de nuestro patrimonio arqueológico, La Silera pude convertirse en otro punto de máximo interés. En ella, encontremos huellas de nuestra historia, elementos monumentales de gran importancia, pero sobre todo, formas de vida mantenidas durante miles de años de nuestros antepasados.
REFERENCIAS
[1] LORING MIRO, J. (1981). La Campiña Cordobesa. Necesidad de un cambio estructural. Colección de Estudios Cordobeses 18. Excma. Diputación Provincial de Córdoba. 244 pp.
[2] LOPEZ ONTIVEROS, A. (1970). Evolución de los cultivos en la Campiña de Córdoba del siglo XIII al siglo XIX. Papeles del Departamento de Geografía 2: 9-77.
[4] GIBAJA BAP, J.F. (2002).
Las hoces neolíticas del noreste de la península ibérica. Préhistoires Méditerranéennes [En ligne], 10-11 2002, mis en ligne le 23 avril 2009, consulté le 08 janvier 2011. URL:
http://pm.revues.org/index254.html
[6] ESPARTERO ESPARTERO, F. Albendín. Apuntes para su historia.
[8] LACORT, P.J. (1985). Cereales en Hispania Ulterior: Silos de Época Ibero-Romana en la Campiña de Córdoba. Habis 16: 363-388.
[9] MORENA, J.A. (2007). Evidencias arqueológicas sobre almacenamiento de cereales y producción de aceite de oliva en Baena en la Antigüedad. Singilis: publicación del Museo Arqueológico de Puente-Genil 6: 1-11
[10] LACORT, P.J. (1982). Sobre las construcciones romanas del Carchena. Habis 13: 171-188.
1 comentario:
Magnífica entrada ¡enhorabuena!
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