lunes, 20 de junio de 2011

El gorrión

A pesar de la riqueza faunística de Albendín y su entorno, el número de entradas dedicado a la fauna ha sido escaso. Aunque hemos hablado de algunas de las especies que habitaban el Montecillo, o de especies de aspecto singular como el diablillo, todavía no hemos abordado otras especies que podemos ver sin mucha dificultad.


Hoy, releyendo notas y apuntes de la Historia de la Villa de Baena de Francisco Valverde, texto imprescindible para conocer también la historia de Albendín, me he encontrado con la nota correspondiente a los gorriones. Por su contenido y por ser este pájaro uno de los más comunes de nuestro entorno dedicamos la entrada de hoy a esta especie.


Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Passer_domesticus

Ya en 1902, llamó la atención de Valverde un curioso tributo que se impuso al vecindario de la Villa por acuerdo del Cabildo de 4 de enero de 1786. El acuerdo declaraba a los gorriones perjudiciales para la agricultura y decretaba su extinción, obligando a cada vecino a presentar seis ejemplares, antes del uno de abril. En el ayuntamiento se tomaba nota del tributo y tras dar cuenta de la muestra, se devolvían al contribuyente, imponiendo una multa de cuatro ducados al que dejara de presentarlos. En 1812 el Cabildo insiste en el cumplimiento, y en 1814 acuerda subir este peculiar impuesto a doce gorriones para los labradores y mantener los seis para el resto de los vecinos.

Según Valverde el procedimiento se presentaba como ineficaz y como tal cayó en desuso y por fin en el olvido. No estaría mal, encontrar las cuentas de este impuesto y preguntar si en archivo histórico municipal queda algún registro por conocer el número de ejemplares que se presentaron.

También Valverde hacia reflexionar al lector de la base científica de esta práctica que durante, al menos 30 años estuvo vigente. Aludía a la discusión a principios de siglo sobre el efecto beneficioso de la especie al ser insectívoro pero también perjudicial por incluir en su dieta el grano de trigo y cebada que tanto escaseaba.

Un siglo después, la sociedad y la administración han cambiado. Sin embargo todavía parece que el debate sigue abierto. Os dejo el enlace a dos noticias relacionadas. Una sobre el cambio de mentalidad del gobierno de China que hasta el 2002 perseguía a la especie como una de las principales plagas del país [1]. La otra no va tan lejos e ilustra la respuesta de la SEO/Birdlife a una iniciativa del Gobierno de Navarra sobre el control de plagas [2].

[1] http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/14542.china-protege-a-sus-gorriones-tras-perseguirl.html



[2] http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/18/ciencia/1282132224.html




domingo, 19 de junio de 2011

El paisaje de Albendín y su entorno (3). Paisajes naturales

Ya comentamos en la entrada anterior, la poco significativo de la extensión del paisaje natural en el término de Baena. Es precisamente su rareza en el municipio lo que refuerza la importancia intrínseca de este tipo de paisajes, y la necesidad de plantear medidas especiales de conservación y mejora.

FOTO 1. Vista general del valle del Guadajoz desde A305


En este sentido, la iniciativa pública local tiene un papel fundamental que complementa además a otras estrategias regionales de protección y gestión del entorno natural. En el ámbito del planeamiento, la delimitación de diferentes unidades de suelo no urbanizable y el establecimiento de unas normas particulares de uso constituyen un ejemplo de la concreción de estas competencias municipales respecto al medio y paisaje natural.


El PGOU establece varias categorías de suelo no urbanizable en las que se incluyen espacios de valor ecológico, agroambiental, con fragilidad ambiental, zonas productivas agrícolas de la campiña, patrimonio histórico, vías pecuarias, zonas con potencial para usos turístico-recreativos y los entornos paisajísticos.


Ya comenté en la entrada anterior que la categoría estrictamente paisajística del PGOU se limitaba al entorno cercano de los núcleos urbanos de Baena y Albendín, y que se me antojaba escasa en cuanto a extensión y representatividad del conjunto de paisajes del territorio. Sin embargo, si están representados de una otra forma en el resto de espacios presentados, como veremos en cada una de las entradas dedicadas a cada tipo de paisaje. En este sentido, mientras que se platean o no actuaciones especificas de protección del paisaje en la línea de otras iniciativas locales en desarrollo del Convenio Europeo del Paisaje, podemos decir que al menos tenemos una base mínima de protección local de este tipo de paisajes desde el planeamiento.


El paisaje natural de Baena y Albendín representa un 1,5% del término, lo que sería casi la misma superficie que ocupan los dos núcleos de población, su periferia y otros espacios construidos como el embalse o degradados como escombreras. Según el mapa de paisajes de Andalucía, lo natural incluiría cuatro unidades fisionómicas: Paisajes de vegetación de ribera, breñales y breñales arbolados y eriales.


En los breñales, el elemento característico es el matorral. Del conjunto del paisaje natural representa el 34%, y junto al breñal arbolado, constituye los últimos reductos de la vegetación natural del término que han resistido la transformación histórica de lo que sería es monte mediterráneo original comentado ya en varias entradas anteriores.



FOTO 2. Paisaje de breñales en el entorno del Montesillo desde la A305.


En el término se distribuye en forma de pequeñas manchas asociadas a zonas de pendiente, poco aptas para el arado y las cabeceras de algunos arroyos. Los radales aparecen de forma exclusiva en la mitad meridional del término más o menos agregadas en torno a cinco zonas como Las Alberquillas, El Montesillo, La Ladera Sur de Baena, la cabecera del arroyo de Villanueva, el cerro del Chivo y la Serrezuela, y en torno al cerro de la Cabezuela.


El paisaje de breñales arbolados representa el 30% del paisaje natural. Como en el caso anterior se distribuye en forma de manchas, aunque con mayor grado de dispersión por parajes como Las Roblizas, Monte Horquera, El Lentiscar y El Doncellar, entre otros. Existen también otras manchas próximas al núcleo de Baena, que el desarrollo urbanístico pondría en riesgo. Es el caso de los rodales del el Haza del Reloj, Quiebracostillas y Las Cañadas.



FOTO 3. Paisaje de Breñal arbolado en el Doncellar desde la CO6204.


Los paisajes de ribera representan el 24% del conjunto de paisajes naturales. Incluye cinco manchas asociadas al Guadajoz, entre la presa de Vadomojón y la desembocadura del arroyo del Tinadillo, Vadofresno, el tramo entre el Palomar y La Maturra, los sotos de Las Alberquillas, y la unión del Marbella y el Guadajoz. De la cuenca del Marbella, el mapa sólo recoge un tramo del Bailón.



FOTO 4. Paisaje de vegetación de ribera. Sotos y Puente del Palomar desde CO5201.


Los eriales representan el 13% del paisaje natural. Incluye un total de 10 manchas que se distribuyen en torno al eje central del Guadajoz. Se trata de los barrancos y laderas que bordean la vega así como zonas inundables de pequeños arroyos en torno a los parajes de Las Alberquillas, Vado de las Estacas o Morana, entre otros.



FOTO 5. Paisaje de erial en el entorno de la Maturra desde el camino de Castro.


La protección de los paisajes de naturales
De las categorías de suelo no urbanizable los espacios de Valor Ecológico (SNU-VEI) incluirán parte de los paisajes de vegetación de ribera comentados. En esta zona el PGOU propone una norma que impida su deterioro mediante la prohibición de actuaciones de cualquier tipo. Los únicos usos permitidos serían los correspondientes a las actuaciones de protección o corrección hidrológica o a las de regeneración ambiental y paisajística, así como adecuaciones naturalísticas, según el PGOU, como senderos, miradores y observatorios.



FOTO 6. Zona de repoblada en el entorno del Portichuelo desde la A305


El resto de unidades de paisaje natural se incluirían de forma parcial en los Espacios con Fragilidad Ambiental como los reductos del antiguo monte mediterráneo, incluyendo monte bajo, matorral y algunos ejemplares de árboles autóctonos. En esta categoría el PGOU trata de “impedir el desarrollo de actuaciones que conlleven un deterioro de las misma proponiendo, por el contrario, actuaciones de mejora y regeneración ambiental” y limitando la lista de usos a construcciones e instalaciones vinculadas a la posible explotación de la finca y a la ejecución, mantenimiento y servicio de obras públicas, industrias, establecimientos de restauración, áreas recreativas, viviendas ligadas al mantenimiento de la obra y vivienda tradicional existente, y las infraestructuras que ineludiblemente deban localizarse en estos espacios. Lo que me parece bastante amplio y escaso comparado con las restricciones asociadas a la categoría anterior, y sobre todo a valores propios de este tipo de paisaje, y tan importante como otras categorías de suelo no urbanizable en el que se incluye el patrimonio histórico y al que el PGOU dedica la mayor parte de los contenidos del Título undécimo sobre normativa del Suelo No urbanizable.

jueves, 16 de junio de 2011

El Paisaje de Albendín y su entorno (2). Los grandes grupos de paisaje

A primera vista, el paisaje de Baena y Albendín se nos presenta lleno de olivos sobre infinitas lomas y cerros de la campiña alta cordobesa, y poco más. Sin embargo, en un simple paseo en coche por el municipio, el territorio nos enseña otros paisajes de carácter agrícola, forestal y urbano.


Para ilustrar esta diversidad paisajística utilizaremos dos herramientas de fácil acceso: el programa Google Maps, de forma especial la aplicación que nos permite ver imágenes panorámicas alrededor de las principales carreteras y calles del entorno [1], y el Mapa de paisajes de Andalucía [2].

Con la primera, ilustraremos el paisaje tal y como lo observaríamos desde la carretera o la vía urbana seleccionada. Esta aplicación se me antoja fundamental para realizar un análisis general del paisaje visto desde la carretera [3]. No es el caso, al menos de momento, entrar en conceptos formales del análisis paisajístico ni tampoco de la valoración de las imágenes, para lo cual la herramienta seleccionada tendría ciertas limitaciones. Mi objetivo es más general, y no es otro que el de ilustrar con un mismo tipo de vista (la panorámica seleccionada) los distintos tipos de paisajes que podemos observar en nuestro entorno.



Pantalla del visor de imágenes panorámicas de Google Maps



El mapa de paisajes es otra herramienta fundamental para cualquier iniciativa como la que nos ocupa. El mapa ofrece la posibilidad de clasificar a varias escalas de trabajo los distintos paisajes de Andalucía. Como en el caso anterior, su uso en este ejercicio descriptivo de los paisajes del municipio, lejos de la formalidad del estudio paisajístico, nos ayudará a tener una visión general del territorio de una forma ordenada de acuerdo a la tipología de paisajes propuesta.

Pantalla de la WEB del Centro de Estudios del Paisaje de Andalucía

Las categorías, áreas y ámbitos del paisaje



El mapa de paisajes de Andalucía hace una primera diferenciación del paisaje en seis categorías: Sierras, Campiñas, Altiplanos, Vegas y Marismas, Costas y Ámbitos urbanos y alterados. Estas categorías integran zonas del territorio con morfología y usos comunes y se subdividen en áreas que ofrecen un siguiente nivel de detalle sobre aspectos básicos del relieve, cubierta vegetal o usos del territorio. El mapa incluye también 85 ámbitos de paisaje a nivel regional. El ámbito representa otro nivel de detalle que añade a la configuración del paisaje la idea general de comarca.


El paisaje del municipio es un paisaje de Campiñas alomadas, acolinadas y sobre cerros, tal y como describimos al principio de esta entrada. Se trata básicamente del ámbito de las Campiñas Altas, aunque en el norte del municipio, en el límite con Cañete y Porcuna, parajes como los de Las Gavias, El Carmen, La Capellana, Los Zurreones y el entorno del Cerro de Jesús se considerarían dentro del paisaje típico de Campiña Baja.




Paisaje de Campiña Alta desde la A305

La imagen anterior está tomada desde la A305 en dirección a Albendín, a la altura del Pájaro, hacia las Sierra Ahillo, y representaría la Campiña Alta. La siguiente está tomada desde la A3125 hacia Cañete e incluye una vista general del paraje del Carmen, con el Cerro de Jesús a la izquierda. Cada paisaje tiene características propias que lo hacen único pero no mejor que otro. Lo realmente interesante dentro del término es el contraste entre estos paisajes. Aunque el atlas delimita solo una pequeña porción (1% del municipio) de campiña baja, en un recorrido desde Baena a Cañete por la A3125 o desde Albendín a Fuentidueña, pasando por el Alferez, nos daríamos cuenta que este grupo de paisaje es mucho más importante, pero sobre todo cuando aparece a modo de secuencia en medio de lomas y cerros.

Paisaje de campiña baja desde la A3126



Los tipos y unidades de paisaje



De la concreción en nuevo nivel de detalle de los aspectos geomorfológicos del territorio, así como de los usos y coberturas del suelo, el mapa propone 34 unidades de paisaje para Andalucía que pueden agruparse a su vez cuatro tipos básicos de paisajes: el paisaje natural, el agrario, el urbano y alterado, y el paisaje geomorfológico.

El paisaje natural de Baena y Albendín representa un 1,5% del término municipal. La verdad es que muy poco el territorio conserva todavía algo del paisaje original que nos pudieran describir las ordenanzas de la Villa, o de los textos descriptivos de finales del siglo XIX y principios del XX. La transformación de la campiña fue ya un hecho consumado hace siglos como vimos en entradas anteriores [4,5]. De las 11 unidades de paisaje de Andalucía, sólo cuatro están presentes en Baena: paisajes de vegetación de ribera, dos unidades de breñales y los eriales. Nunca tuvimos marismas pero si un sistema de humedales mucho más amplio que el que hoy forman las cuatro lagunas reconocidas del municipio [6], La Quinta, el Rincón del Muerto, la de la Ermita de los Butaquillos y la del Cortijo Viejo. Tampoco hay masas significativas de pinar o eucaliptales, y poco o nada queda de otros paisajes naturales de encinar, espartales, pastizales y sobre todo de dehesa reconocidas en el mapa, y que hasta finales del siglo XVIII eran frecuentes en el término.

Paisaje de vegetación de ribera desde la CO6200



El paisaje urbano y alterado ocupa tanto como el natural (1,2% del municipio). Aquí se incluyen los núcleos de Albendín y Baena y su periferia, así como zonas del territorio muy transformadas por la actividad humana como escombreras, salinas y embalses.



Paisaje urbano. Calle Luque de Albendín



El paisaje geomorfológico para Andalucía incluye también 11 unidades de paisaje en las que un elemento un elemento del medio físico asociado al relieve o al tipo de suelo domina el entorno como acantilados, paisajes volcánicos, roquedales y veneros, playas, dunas y arenales, etc.). En el municipio, el conjunto de unidades de este tipo de paisaje representan un 7% de la superficie municipal. Incluye cuatro unidades de paisaje asociadas a vegas, malpaís, roquedales calizos y mesas y cuestas.




Paisaje geomorfológico. Entorno de los Bermejales (Albendín)



Las tres unidades anteriores sólo representan el 10% de la superficie del municipio. El resto, y por tanto casi todo el termino, es un paisaje agrario por excelencia. El olivar tiene un peso importante y representaría el 66%, seguido de la Tierra calma o de labor con un 30%. El resto de unidades incluye por un lado otros cultivos de secano que fueron importantes hasta los 90, como los viñedos y almendrales, y por otro, los cultivos herbáceos de regadío.



Paisaje de olivar desde la A305



Daremos cuenta de cada uno de estos tipos de paisaje en próximas entradas.



[1] http://maps.google.es/
[2] Atlas de Andalucía. Tomo II. 2005. Consejerías de Medio Ambiente y Obras Públicas y Transportes de la junta de Andalucía. Mapa de paisaje elaborado por MOREIRA, J.M.; RODRIGUEZ, M.; ZOIDO, F.; MONIZ, C.; VENEGAS, C. Y RODRÍGUEZ , J.
http://www.paisajeyterritorio.es/index.php/es/paisajes-de-andalucia/mapa-de-paisaje.html
[3] SANCHO, F. (2002). El paisaje y la carretera. En Paisaje y Ordenación del Territorio. Consejería de Obras Públicas y Transportes.
[4] MELLADO, E. (2011). La campiña, tierra de pan para llevar.
http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2011/02/la-campina-tierra-de-pan-para-llevar-1.html
[5] MELLADO, E. (2011). La Silera de Albendín.
http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2011/01/la-silera-de-albendin.html
[6] Estas cuatro lagunas se incluyen en el PGOU de Baena dentro del conjunto de espacios de valor ecológico (SNU-VE), junto con los cauces y riberas de ríos y arroyos más importantes del municipio, Guadajoz, Marbelaa, Gudalmoral y Arroyo Villanueva.
[7] MELLADO, E. (2010). El Montezillo de alvendín. Monte y fortaleza de Albendín en las ordenanzas del siglo XVI.
http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2010/03/el-montezillo-de-alvendin.html

miércoles, 15 de junio de 2011

Antonio López Ontiveros

Hay personas que aun no conociéndolas se antojan cercanas y casi de la familia. No conocí personalmente a Antonio López Ontiveros, pero de la lectura de su obra aprendí muchas de las cosas que en estas páginas os presento de la campiña cordobesa y del entorno cercano de Albendín.


Su obra pertenecía al ámbito de la geografía humana y la historia, pero para mí, cada artículo superaba el clásico ensayo científico, y se incorporaba esa especie de ritual en el que al calor de la lumbre nuestros mayores nos transmiten el legado cultural sobre la tierra y su gente.




Antonio López Ontiveros nos dejó el pasado mes de mayo, un tiempo en el que la campiña, su campiña, mantenía todavía un tono verde trigo característico. Su obra estará siempre viva en nuestra memoria y en las páginas de este blog. Cada vez que desde la Torre miremos hacia Luque y paseemos por ese mar de tierra calma, nuestro recuerdo ira para Antonio.


http://www.uco.es/servicios/comunicacion/actualidad/noticias/item/73824-20110506


http://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=642494


http://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Antonio_L%c3%b3pez_Ontiveros



El paisaje de Albendín y su entorno (1)

Todos hemos hablado con más o menos frecuencia del paisaje de Albendín y su entorno. Habremos comentado alguna vez lo pintoresco de la Torre Morana, de como altiva se levanta sobre el Montesillo y descarada mira hacia elevaciones hermanas como el Monte Horquera y la Sierra Ahillo. Alguna vez también nos habremos detenido a contemplar la inmensidad de la lámina de agua de Vadomojón y de como a modo de espejo mágico consigue reflejar en días claros cerros como Cardera y el Doncellar. Y desde la presa, habremos mirado hacia los sotos del Guadajoz, con colores fríos de tono verdoso de taraje en verano, y cálidos de hojas ocres en otoño.




Y es que el paisaje nace cuando miramos nuestro entorno; cuando nos fijamos en esos colores y en el contraste entre cerros y valles, salpicados de cortijos, huertas y torres. El paisaje genera sentimientos de rechazo o gozo, de sosiego o inquietud, cuando lo que vemos se valora desde nuestra vivencia personal. En la medida que el paisaje sigua motivando esas sensaciones placenteras, repetiremos la experiencia una y otra vez, comparando los matices de la vista con el paso de las estaciones, solos o en compañía.




El paisaje se convierte así en un elemento más de nuestro bienestar, pero también en recurso recreativo, de ocio y turismo, que incrementa el precio de venta de una casa rural o el alojamiento en un hotel con vistas. El paisaje se transforma en recurso y como tal en objeto de protección, gestión y ordenación. Son estas iniciativas el campo de trabajo de los técnicos de las ciencias espaciales, entendidas como aquellas cuya acción y objeto de estudio se manifiesta en el espacio, y que definen la política de paisaje de un territorio.




A nivel europeo, nacional y regional, existen normas de ámbito paisajístico que tratan de proteger o mejorar el paisaje. El Convenio Europeo del Paisaje es un ejemplo de iniciativa internacional que se desarrolla a través de leyes específicas de paisaje como es el caso de varias comunidades autónomas. En Andalucía existen varias iniciativas de ámbito paisajístico que serán la base para la elaboración de la norma andaluza correspondiente. Es el caso de la Estrategia Andaluza de Paisaje, o las líneas de actuación sobre paisaje que recogen distintos instrumentos de planificación territorial, como el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía, o el Plan Subregional del Sur de Córdoba.




En el ámbito local, el Plan General de Ordenación Urbana del Municipio de Baena incluye también propuestas que de alguna manera afectan al paisaje. En el ámbito del suelo no urbanizable, el PGOU limita y restringe los procesos de urbanización en dos unidades que constituyen el entorno paisajístico de las poblaciones de Baena (SNU-EP.B) y Albendín (SNU-EP.A). En el primer caso, el espacio queda delimitado por la variante de carretera nacional N-432 y los limites del suelo urbano y urbanizable propuestos, y en el de Albendín se trata, tal y como se define en el PGOU, de una pequeña zona rocosa y de monte bajo que rodea el casco urbano conformando un escenario paisajístico que es necesario proteger.




En ambos casos, la zona delimitada, aunque representativa del paisaje del entorno, se antoja escasa por su limitada extensión, y porque, como veremos en los distintas entradas que se presentarán sobre el paisaje, el territorio municipal presenta muchos más valores paisajísticos que deberían ser también objeto de protección, gestión y ordenación.


Espero que disfruten como yo de este paseo por Albendín y su entorno.

viernes, 3 de junio de 2011

Río Marbella, 100 años después

Marbella y Guadajoz son dos ríos unidos por una cuenca y la historia. Si el Guadajoz es el río de Albendín, el Marbella es el de Baena. Sin embargo siempre han ido juntos en las ordenanzas de la Villa como ya hemos comentado en varias ocasiones.



La entrada de hoy está dedicada al Marbella. Casi cien años separan las imágenes que os presento. La primera recoge una vista general del río, creo que desde el entorno de la Fuente de Baena. La foto pertenece al archivo de la Consejería de Obras Públicas y muestra múltiples detalles de un paisaje que desaparece a lo largo del tiempo y genera una nueva vista ausente de espacio (fluvial) y lo que es peor de personas.



El Marbella como tantos otros cursos de agua de nuestro entorno dejó de ser río hace tiempo. Hoy más que río es problema recurrente de inundaciones, de soluciones grises de hormigón y de casas y edificios arrastrados por la corriente de agua y barro. Seguimos canalizando los ríos en los tramos urbanos levantado motas y muros, a partir de modelos hidráulicos que se expresan en términos de 10, 50, 100 o 500 años. Nuestra memoria no abarca tanto tiempo, y por desgracia en muy pocas ocasiones recurrimos al libro abierto de nuestros mayores. Sin embargo de vez en cuando aparecen imágenes como las que os muestro que bien pudiera servir para plantear otro tipo de medidas y soluciones a los problemas del Marbella, pero también a los del Guadalete, a los del Guadalquivir, y así tantos ríos y pueblos que perdieron la memoria.