viernes, 16 de diciembre de 2011

Oro blanco de la campiña. Salinas de Albendín y Baena

Del pasado marino del territorio y los caprichos del plegamiento alpino, la sal fluye por la mayoría de nuestros arroyos y ríos. Salsum es el nombre que dieron los romanos al Guadajoz, y salado es el calificativo más frecuente de nuestros arroyos. La sal como el agua y el aire, es un elemento indispensable para la vida, lleno de tradiciones y supersticiones, fuente de riqueza y poder, oro blanco antiguo entre tanto mar de olivos y trigo.

Salsum flumen. Río Guadajoz
El aprovechamiento de la sal es tan viejo como la humanidad. Se utiliza de miles de formas, en la alimentación, en la industria, la agricultura o la ganadería. La sal fue mercancía, como el tabaco y el papel timbrado, objeto de estanco, sujeta al control estatal o señorial como se recoge en las ordenanzas de la Villa de Baena [1].


Salinas de Cuesra Paloma. Diciembre 2011
Igual que de nuestro cuerpo, forma parte de nuestra cultura. Seguramente los habitantes de Torreparedones, colocarían un poco de sal en los labios de los recién nacidos para protegerlos, y quién sabe si sus primeros moradores, antes de rendirse con sus exvotos ante la diosa en el santuario, rendían culto a la sal como se hacía en el litoral gaditano antes de la llegada de los fenicios [2].

Diciembre 2011
Del municipio de Baena, las salinas más conocidas son las de Cuesta Paloma. Son las únicas que aparecen en los inventarios del siglo XIX como el de Josef Pinilla en 1825 [3] o en la entrada sobre Baena del Diccionario de Pascual Madoz [4]. Su producción de 6.462 fanegas superaba a la de otras salinas interiores de Córdoba como las del Arroyo Algarve y Jarales, pero estaba lejos de las 29.088 de las salinas de Duernas. Es también la única que aparece en la cartografía de 1899, incluyendo sus dos conjuntos de piletas y la noria correspondiente que las alimentaba.

Salina de Cuesta Paloma. Diciembre 2011
Junto con las de Cuesta Paloma, tres salinas más del municipio se incluyen en el inventario de que presenta la Consejería de Medio Ambiente en su monografía sobre Salinas Andaluzas (2004), las del Puente de Albendín, Tejas Colaradas y las del Cucarrón. A nivel provincial, estas salinas forman parte de las 22 inventariadas en Córdoba [5].

Cuesta Paloma. Detalle. Diciembre 2011
ANJHARA GÓMEZ ARAGÓN cita cuatro salinas más para Baena [6]: las del Granaillo, Rincón del Muerto, Roblizas y las del Justo. De estas 8 salinas, frente a los valores históricos de Cuesta Paloma, destaca la importancia cultural y etnográfica de las Salinas del Puente y Tejas Coloradas [7], los únicos aprovechamientos que en pleno siglo XXI mantienen un sistema de producción salinera artesanal que de no ser por el compromiso y esfuerzo personal de sus propietarios habría desaparecido del territorio y lo que es peor, de nuestra memoria.

Salinas de Tejas Colaradas [7]
De las salinas de Tejas Coloradas y Cuesta Paloma, hablamos, como de otras tantas cosas, con motivo de los caminos de Torreparedones [8]. En próximas entradas ampliaremos la información sobre su origen y daremos algunos detalles de su estado de conservación como en el caso de otras salinas del municipio. Sin embargo, no podemos terminar esta primera entrada sin pararnos un poco en la salina de Albendín.

Salinas de Tejas Coloradas [7]
La Salina se encuentra muy cerca del núcleo de Albendín, a unos pocos metros del puente sobre el Guadajoz, un cruce de caminos tradicional, el de Castro o de Jaén (vereda del Guadajoz) con el de Santiago, muy cerca del Pozo de la Plata [9]. A la lista de sus valores, ya comentados de carácter etnográfico y cultural, se unen otros de carácter histórico y potencial arqueológico que la diferencian del resto de las salinas de Baena.

Salinas de Albendín (http://www.baena.es/)
De acuerdo con la tipología propuesta por TOMÁS QUESADA para las salinas de interior de Andalucía oriental [10], la del Puente pertenecería como el resto del municipio a un grupo de salinas de campiña situadas por debajo de los 600 m de altitud situadas en espacios abiertos en torno a diversos arroyos del Guadajoz. Sin embargo, su posición respecto al arroyo que las alimenta las diferencia de otras salinas de mayor extensión y en espacios abiertos. De acuerdo con ÁNGEL RODRIGUEZ AGUILERA [11], la salina del Albendín está formada por formada por tres aterrazamientos sobre el arroyo Valdehocinos, con un pozo de captación de agua salobre y un total de 30 piletas de decantación de unos 6,60 m por 6,90, y una alberca calentador rectangular de 11,10 m por 10,60.

Salinas de Albendín [7]
Es este último autor el que también ofrece otra característica singular de esta salina. En alguna ocasión nos hemos referido en esta blog a la relación de Albendín con la Orden de Calatrava [12]. En este contexto se nos presenta la salina de Valdetocinos como un aprovechamiento semejante a otras salinas del reino de Jaén, como las de Valdeutiel, Marchagayuelo y Pelpite, en explotación desde el siglo X-XI, bajo la tutela de la Orden en tiempos de reconquista, y arrendadas en 1515 a Pedro de la Lança.

Salinas de Albendín [7]
Son éstos datos singulares que hacen de esta salina un elemento del patrimonio local a proteger, entre otros, por su valor histórico y, posiblemente, una pieza clave que aporte nuevos datos sobre el origen del núcleo de población y el poblamiento de la campiña como en otros casos [13,14]. Situada junto Albendín y a escasos metros de varios yacimientos arqueológicos de distintas épocas (prerromana, romana y Edad Media), Ángel Rodríguez señala la posibilidad de la existencia de un aprovechamiento más antiguo en la a la vista de la abundancia de restos y guijarros en la margen izquierda del arroyo.


Ojalá que estos datos que os presentamos sirvan también para animar a las administraciones competentes a profundizar en nuevos estudios, a proteger y fomentar un elemento singular del territorio con gran potencial didáctico, educativo y ambiental como lo demuestran otras experiencias de recuperación y puesta en valor de salinas cercanas como la de Zabayas en Priego.

[1] VALVERDE Y PERALES, F. (1907). Antiguas ordenanzas de la Villa de Baena. Siglo XV y XVI. Edición de 1998 (Ayuntamiento de Baena). Ordenanzas de las salinas (693-698 pp).

[2] MONTERO SANDOVAL, J.M. (2004). Prólogo. En Salinas de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.

[3] TORREJÓN CHAVES, J. (2004). La sal, renta estancada. En Salinas de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.

[4] MADOZ, P. (1806-1870). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Tomo III, [Arra-Barcelona]. BAENA (287-292 pp).

[5] MORENO ARROYO, B.; CASTRO LUQUE, A. (2004). Las salinas de Córdoba. En Salinas de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.

[6] GÓMEZ ARAGÓN, A. (2010). Salinas de interior en Baena. Revista ph. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico 76: 63.

[7] http://www.cosasdeandalucia.com/web/index.php/identidad-topmenu-48/sede-identidad-topmenu-50/700.html

[8] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2011/12/caminos-de-torreparedones-1.html

[9] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2011/12/agua-y-camino-el-pozo-de-la-plata.html

[10] QUESADA, T. (1996). Las salinas de interior de Andalucía Oriental: Ensayo de Tipología. II Coloquio Historia y Medio Físico. Agricultura y regadío en al-Andaluz.

[11] RODRÍGUEZ AGUILERA, A. Las salinas del reino de Jaén en la Edad Media y Moderna. http://www.gespad.com/

[12] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2010/03/albendin-nuevas-ideas-sobre-su-origen-e.html

[13] MALPICA CUELLO, A. (2005). La sal en al-Andalus. Poblamiento y explotación de los recursos salineros. I Seminário internacional sobre o sal portugués. Instituto de Historia Mododerna da Universidade do Porto, p. 257-277.

[14] MALPICA CUELLO, A.; GARCÍA-CONTRERAS RUIZ, G. (2009). Asentamiento y explotación de la sal en el valle del Salado y la zona de Sigüenza en época altomedieval. En la España Medieval 32: 295-324.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Fuentes de Albendín y Baena

Junto a los ríos Guadajoz, Marbella y Guadalmoral, los pozos, fuentes y manantiales del municipio han sido la base del abastecimiento de agua de la población de Albendín y Baena, así como de cortijos, caserías y casas de huerta de nuestro entorno.

Fuente de Baena

Sobre algunas de estas fuentes y caños, así como de los pozos de nuestro entorno, las ordenanzas de la Villa nos ofrecen algunas referencias y normas de uso durante el siglo XVI [1] de la fuente de la Villa y los siguientes pozos: “pozo el toribio El pozo ancho El pozo charcon El pozo andres perez El añora don ximero El pozo El freile El pozo el valle El pozo serranillo El pozo El judío El pozo El moreno comarcadilla”, entre otros.

Fuente de Baena

Tres siglos después, en la entrada correspondiente, Madoz [2] recoge la existencia de “cinco fuentes, todas perennes y de buenas aguas. La llamada de La Salud es muy buena a propósito para las erupciones cutáneas; y la de Baena, abundantísima y célebre por abastecer toda la población, tiene siete hermosos caños, y sus aguas son tan útiles para la gota, que no se ha conocido que ninguno de sus habitantes haya padecido esta enfermedad. Hay además algunos otros manantiales, pero estos se secan en el rigor del estío”.

Fuente de La Salud

Sin embargo, es Valverde y Perales el que, de nuevo, nos ofrece una magnifica descripción de las fuentes de Baena [3]. Cuatro son las fuentes que consideraba el autor de carácter permanente: la de Baena o la Mayor que desde tiempo inmemorial viene surtiendo con sus salutíferas y abundantes aguas al vecindario, y las de Pedro Muñoz, de la Salud y la fuente de la Cañada, con aguas de peor calidad, algo más extraviadas, y que en tiempos muy secos reducen mucho sus manantiales. De todas ellas Valverde da buena cuenta de su estructura, reformas a lo largo de los siglos XVI-XIX, y datos de la calidad de sus aguas sobre un análisis en mayo de 1902 por Emilio Echevarria, Jefe del Laboratorio del Hospital provincial de Toledo, que constituye una magnifica referencia técnica para comparar el distinto origen y naturaleza de estas fuentes.

Fuente de La Aduana

Sobre este análisis, Echevarría concluye lo siguiente:

“El agua de la fuente de Baena, sin ser de primera calidad, es buena para todos los usos domésticos, y para el consumo público, y aunque gruesas y bastante peores, las de Pedro Muñoz y la Salud, pueden también destinarse a iguales servicios, dando siempre preferencia a la de la fuente de Baena. La de la Cañada, usándola constantemente, pude producir trastornos en el organismo por la gran cantidad de sales cálcicas y magnésicas que contiene en disolución, siendo, por tanto, conveniente el abstenerse de beberla. Mejor que como agua potable, pudiera aplicarse, por prescripción facultativa, para combatir algunas alteraciones leves del aparato digestivo.”

Fuente de Pedro Muñoz

Otro dato importante de la descripción de Valverde son los datos de la abundancia de sus aguas. En pleno mes de julio, la fuente de Baena tenía un caudal nada despreciable de 11,6 litros por segundo, o lo que es lo mismo, 41.760 litros a la hora, cantidad semejante a la que otras fuentes arrojaban a lo largo de un día. En una próxima entrada intentaremos valorar la evolución hasta nuestros días de la calidad y cantidad de las aguas de estas cuatro fuentes.

Fuente de La Cañada (Postal de 1970)

Respecto a otras fuentes, Valverde cita La Salobreja, de mal sabor, construida en 1882, y dos fuentes más antiguas que se perdieron. Son las fuentes del Barranco en las cercanías del puente de Perales, y la fuente de la calle Llana.

Pasamos de 1903 a 1999, año en el que Diputación de Córdoba edita un magnífico texto de Ricardo Córdoba y Fátima Castillo sobre las Fuentes de la Provincia de Córdoba [4]. En el municipio de Baena, los autores señalan el valor histórico-artístico de la fuente de Baena, una de las mejor conservadas de la provincia, todo lo contrario de la fuente de Pedro Muñoz, cuyo estado de abandono se denuncia. Sobre la fuente de la Salud se destaca la inscripción conmemorativa de la reforma efectuada en 1907, uno de los escasos ejemplos de este tipo conservados en la provincia. Por último, el inventario destaca también las fuentes de la Aduana y de La Cañada, de uso por la población, pero de menor interés arquitectónico.


A pesar de su antigüedad y situación estratégica, ninguna de las referencias anteriores incluye las dos fuentes principales del entorno de Albendín. La más cercana a la torre del Montecillo, conocida como la del Alcalde, podría ser una de las piezas fundamentales del abastecimiento de agua de los diferentes asentamientos ibero-romanos del cerro de los Molinillos como lo fue a partir de 1928 para la población de Albendín. La situada cerca del Guadajoz se encontraba en el cruce del camino de Jaén con el de Luque, dos de las vías más importantes vías de comunicación del municipio.

Fuentes de Albendín
Aparte de las de Albendín, la de Baena o el resto de fuentes citadas, existan más caños y manantiales en el municipio que constituyen una de las piezas clave de nuestro patrimonio con valores singulares de carácter histórico, arquitectónico, etnográfico y en la mayoría de los casos arqueológico, dignos de conservación, recuperación y puesta en valor.

Fuente de la casilla de Los Alcones

En este sentido la iniciativa de la Junta de Andalucía y la Universidad de Granada de inventario de los manantiales y fuentes de Andalucía constituye una iniciativa de especial interés [5]. Desde la perspectiva de la investigación hidrogeológica, etnográfica o arqueológica, el catálogo constituye una referencia básica, pero es su carácter participativo y abierto a la sociedad lo que lo hace todavía más importante. Cualquier persona que conozca algunas de estas fuentes puede contribuir al catálogo cumplimentando una ficha tipo con las instrucciones que se ofrecen en la página del proyecto.


En el municipio de Baena, el inventario incluye un total de 8 registros con su correspondiente ficha e imágenes. Se trata de fuentes ya conocidas como la de Baena, La Salud, Pedro Muñoz, y La Aduana, la recientemente recuperada de la Romana en Torreparedones, la Laguna de la Quinta en la que las aportaciones subterráneas son importantes, así como otras fuentes menores como las del Puntal en el cortijo de la Piedra y la de la casilla de Los Alcones.

Fuente de El Puntal
En próximas entradas daremos cuenta de cada una de estas fuentes y manantiales con detalle con la esperanza de contribuir al conocimiento y difusión de este patrimonio local, poco conocido, y en muchos casos amenazado por el abandono o el abuso de los recursos hídricos.



Desde ADLT dedicamos esta entrada a Esperanza Cabello que nos animó a investigar en nuestras fuentes y nos honró con su visita y comentarios. Un abrazo.



[1] VALVERDE Y PERALES, F. (1907). Antiguas ordenanzas de la Villa de Baena. Siglo XV y XVI. Edición de 1998 (Ayuntamiento de Baena). Ordenanzas de Fuentes (609-623 pp) y Pozos (565-568).

[2] MADOZ, P. (1806-1870). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Tomo III, [Arra-Barcelona]. BAENA (287-292 pp).

[3] VALVERDE Y PERALES, F. (1903). Historia de la Villa de Baena. Edición de 1994 del Ayuntamiento de Baena.

[4] CORDOBA, R.; CASTILLO, F. (1999), Fuentes de la provincia de Córdoba. Estudios de Medio Ambiente Provincial. Nº.1. Diputación de Córdoba. 95 pp.

[5] http://www.conocetusfuentes.com/nueva/home.php

martes, 13 de diciembre de 2011

Encamina2. Un plan de mejora de los caminos rurales

El programa encamina2 es una iniciativa de la consejería de agricultura y pesca que se dirige a los municipios andaluces con objeto de mejorar la accesibilidad de las explotaciones agroforestales [1]. El consejo de gobierno de la Junta de Andalucía aprobará en la sesión de hoy una inversión de 94,4 millones de euros en la mejora de los caminos rurales de la región. Una buena noticia para nuestro entorno en tiempos de recorte y contención de gasto [2].


Después de Priego con 3233, Baena y Montilla con 2274 son los municipios de la provincia de Córdoba con mayor número de explotaciones agrarias [3], y por tanto deberían ser zonas en las que este plan incida de forma especial.
Los principales caminos rurales del municipio de Baena son vías pecuarias de carácter público que todavía no han sido ocupadas por el trazado de nuevas carreteras [4]. Sin embargo no son estas vías el objeto de esta iniciativa. El plan encamina2 se dirige de forma explícita a la red de caminos de titularidad municipal.

Según la ordenanza reguladora del uso, mantenimiento y mejora de los caminos rurales del municipio de Baena [5], se consideran caminos rurales aquellos de titularidad y competencia municipales que facilitan la comunicación directa entre las diferentes zonas rurales del municipio, pueblos limítrofes o vías de superior o similar categoría, cuyo uso preferente es el derivado de la agricultura y ganadería, pudiendo ser usados también de forma complementaria para actividades para el desarrollo sostenible del municipio como son el senderismo, el ciclo turismo o el paseo a caballo, etc.

El plan cuenta con un modelo de participación municipal en la que el técnico competente, en nombre y representación de Ayuntamiento correspondiente propone la mejora de una relación de caminos ordenados según orden de prioridad. A esta lista de caminos el Secretario del Ayuntamiento tiene que añadir el certificado de la titularidad municipal correspondiente.

Desconozco el catálogo de bienes municipales donde deberían estar inventariados estos caminos. De los paseos por la comarca, es frecuente ver en Castro del Río señales identificativas de los caminos municipales, sin embargo se me antoja que no es tan frecuente en Baena.

En las últimas entradas sobre Torreparedones [6] y los vados del Guadajoz [7] señalábamos algunos de los caminos tradicionales del municipio, su papel de conexión de vías principales de cara a diversificar la oferta paisajística y cultural del municipio, pero también el cautiverio al que se ven sometidos con cables y candados, y su estado de conservación.

Ojalá que esta entrada sirva de llamada de atención a las administraciones competentes en la materia; a la Consejería de Medio Ambiente como responsable, tanto de abrir el expediente de ocupación y deslinde como de su conservación; y al Ayuntamiento como responsable de la vigilancia del resto de caminos públicos y, de acuerdo con la ordenanza correspondiente, de su mantenimiento.

[1] http://www.juntadeandalucia.es/agriculturaypesca/portal/areas-tematicas/infraestructuras-agrarias/encamina2/index.html

[2] http://www.europapress.es/andalucia/sevilla-00357/noticia-consejo-gobierno-aprueba-martes-944-millones-segunda-fase-plan-mejora-caminos-rurales-20111212190552.html

[3] http://www.juntadeandalucia.es/agriculturaypesca/portal/areas-tematicas/infraestructuras-agrarias/encamina2/index.html

[4] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2011/04/vias-pecuarias-1_13.html

[5] http://www.baena.es/

[6] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2011/12/caminos-de-torreparedones-1.html

[7] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2011/12/agua-y-camino-2-los-vados-del-guadajoz.html

lunes, 12 de diciembre de 2011

Agua y camino (2). Los vados del Guadajoz

A principios del siglo XX el Puente de Piedra era la única estructura estable de paso entre las dos orillas del Guadajoz en el entorno de Baena. Valverde y Perales en su Historia de la Villa nos habla de la existencia desde tiempos antiguos de tres pontones de madera, uno en el camino de Jaén, otro en Albendín y el tercero en el camino de Baena a Cañete.


A finales del siglo XIX y principios del XX, el único puente digno de mención era el que se construyó en 1795, y que ha llegado a nuestro días como el Puente de Piedra de Baena. Con posterioridad se construyeron otros como el de Albendín que fue destruido durante la guerra civil poco tiempo después de su inauguración. Más tarde aparecerían los puentes del Palomar en la carretera de Fuentidueña y los de Albendín: el de piedra aguas abajo en torno a la Ermita de la Virgen de Fátima, y el de la carretera de Martos.

A falta de puentes, existía un buen número de vados que permitían el paso aprovechando tramos del río más someros o estructuras temporales que ofrecerían cierta seguridad. Aguas arriba del Albendín, hoy ocultos bajo las aguas del embalse de Vadomojón, varios caminos llegaban a pie de río, y aunque no figuran en las fuentes cartográficas consultadas (hoja 967 de Baena de 1905 y la 945 de Castro del río de 1899) no sería extraño que tuvieran pequeños puentes de madera o tramos fácilmente vadeables. Algunos de estos caminos son los de la Eneilla, Cardera, El Caballo y El Doncellar por la margen izquierda del Guadajoz; y Cardera o de Castro a Alcaudete, y el de las Lanchuelas.


Aguas abajo de la presa actual, por la margen izquierda aparece el camino de Panilla que cruzaba el de Luque para llegar al cortijo de Vadomojón y a la huerta de la Panilla. Aguas abajo desde Baena alcanzaba el río el camino de Jaén, aunque se sabe de la existencia de un pontón, el nombre del paraje y cortijo de Vadojaén no deja dudas sobre su origen.

Ya en Albendín dos vados permitían pasar a la orilla derecha. Uno aguas arriba del puente actual que ha sido utilizado hasta hace poco como paso de mulas hacia las huertas del Taraje Gordo o Paticas, y el situado más abajo, frente al Cortijo del Vado Bajo, hoy Cortijo Bajo.


Seguimos río abajo, y de nuevo en otro cruce de caminos, nuevos vados, el primero del que tomaría el nombre el Cortijo de Vadofresno y el segundo el que aprovecharía la presa del molino de Brincas o fábrica de Harinas de San Juan. Seguimos río abajo hasta el vado de Venta Genil que cruza un nuevo camino, hoy vía pecuaria de Baena a Valenzuela, que hacia el cortijo del Alférez enlaza con la vereda del Guadajoz y el cordel de Córdoba a Jaén.

En el actual puente del Palomar, sobre la carreta de Fuentiduela, antiguo camino de Peñarrubia, se cruzaría también el Guadajoz por el vado correspondiente. Unos 2 km aguas abajo el Cortijo del Vado de las Estacas nos indicaría la presencia de otro paso, próximo a la Huerta y Cortijo de los Mármoles, cerca ya del Puente de Piedra.

Del Puente al camino del molino, que bien podría facilitar el paso hacia la otra orilla para llegar al Cortijo de de la Ramira aguas arriba, o al vado de las salinas, actual puente de la Maturra hacia abajo, ya comentado en la entrada correspondiente a los caminos de Torrepardeones. En esa misma entrada hablamos del camino de las Alberquillas, vía que también cruzaba el Guadajoz antes de llegar a Iscar.

Río abajo, a su paso por el municipio de Castro del Río, no se registran nuevos vados. Quizás la presencia de los azudes y molinos facilitaría el paso sin ningún tipo de estructura adicional como en el molino de Albendín aguas arriba.

Durante 100 años de historia, nuevos puentes y mayor capacidad de desplazamiento, los vados tradicionales irán perdiendo su función. La toponimia local y los mayores nos recuerdan su uso y su importancia en el pasado. Como elementos de nuestra cultura no deberían olvidarse. No sería complicado recuperarlos como puntos emblemáticos de dos de los elementos más importantes de nuestro patrimonio, el río Guadajoz y lo caminos tradicionales de nuestro entorno.

Agua y camino. El Pozo de la Plata

Saliendo de Albendín hacia Martos por la comarcal CO6200 nos encontramos a escasos 500 metros del puente sobre el Guadajoz con el pozo de La Plata, uno de los parajes singulares de nuestro entorno.

El pozo no figura en la cartografía histórica hasta la edición de 1960 de la hoja 945 de Castro del Río. Sin embargo ha sido un punto habitual de suministro de la población, y da nombre al paraje en el que se sitúa.

Desde las páginas de promoción turística de Albendín, el pozo aparece como uno de los hitos y paradas singulares. Sin embargo poco sabemos de su historia y menos aún del origen de su nombre.

No he encontrado referencias al pozo en los documentos habituales de consulta del siglo XIX, pero no dudo de su existencia anterior como punto de abastecimiento junto a uno de los caminos que van de Albendín a Santiago de Calatrava, localidades unidas por la historia y la presencia en el territorio de la orden de Calatrava en tiempos de reconquista.

Intentaremos profundizar en su origen con textos y documentos más antiguos. Como hipótesis de trabajo planteo que su origen y nombre podría estar asociado a la red de caminos romanos del territorio. Ya hemos comentado en alguna entrada anterior, la importancia y abundancia de restos de esta época, es el caso de Los Molinillos [1], La Silera [2] incluso el posible origen romano de las ruedas del Guadajoz [3]. Según el inventario del Instituto de Patrimonio Andaluz existe una veintena de yacimientos arqueológicos conocidos de distintas épocas en un radio de 2 km en torno a Albendín. Entre estos yacimientos se encuentran un total de 14 restos de asentamientos de origen romano en los que podría encontrarse la propia colonia ITVCI VIRTUS IULIA que se busca en Torreparedones [4].

Más datos para la hipótesis del origen, al menos romano, del pozo. Según Enrique MELCHOR [5] junto con los estudios de las fuentes escritas y documentales de la época, el análisis de las fuentes arqueológicas forma parte de la metodología de estudio y caracterización de las comunicaciones de los caminos romanos de la provincia. Entre estas fuentes figuran los restos de calzadas, miliarios, así como centuriaciones, mansiones y mutaciones, necrópolis y campos de silos, restos que no faltan en el conjunto de los yacimientos del entorno de Albendín.

La toponimia, tema tratado en este blog [6], informa también sobre el posible origen de los caminos locales. Nadie duda de la relación de la fuente de la romana de Torreparedones con el conjunto romano del entorno. Pero hay otro topónimo que resulta especialmente interesante en nuestro caso y que relaciona el origen romano con una vía existente, y en su caso, posiblemente el de las infraestructuras situadas en su entorno.

El apelativo “de la Plata” proviene del árabe “Balata” que significa enlosar, y que podría relacionarse con un camino enlosado con piedras irregulares y grandes. Este término aparece así en caminos como la Cañada de la Plata en Puente Genil, o en la Senda de la Plata de Almadén.

Nuestro pozo no se localiza en ninguna de las vías que describe Melchor para la provincia. Pero si en un punto donde se cruzan la ampliación de otras vías importantes de la campiña como el camino de Córdoba a Castro en la margen derecha del Guadajoz aguas abajo, o el camino de Jaén en la misma margen aguas arriba. El camino de Santiago donde se encuentra, ha sido un camino tradicional hacia el norte del municipio, como la vía pecuaria que parte de la Vereda del Guadajoz cerca del Cortijo Bajo y que enlaza con el cordel de Córdoba a Jaén. En el que se encuentra el pozo ha sido vía de comunicación hacia Jaén hasta que se construyó la carretera actual de Martos. La del pozo vía se dirige a la Raya, el cordel de Jaén, otra de las vías importantes del territorio.

Planteamos así la hipótesis que el pozo tomará el nombre de una posible vía de origen romano, pendiente de describir y tipificar como otras de la campiña.

[1] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2010/11/los-molinillos-pasado-y-futuro.html

[2] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2011/01/la-silera-de-albendin.html

[3] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2010/03/noria-o-rueda-de-albendin.html

[4] MORENA LÓPEZ, J.A. (2011). ITUCI VIRTUS IULIA. Una colonia romana en el corazón de la campiña cordobesa. ITUCI 1: 12-21 pp.

[5] MELCHOR GIL. E. (1995). Vías romanas de la provincia de Córdoba.

[6] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2010/05/el-proyecto-topo-albendin.html

Imágenes de la magnífica colección de la comarca del Guadajoz de nuestro amigo Emilio. http://www.flickr.com/photos/vertice1/collections/72157623219051637/

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Caminos de Torreparedones (y 4). Por el camino de las Vírgenes y Las Añoras

Retomamos el camino hacia las Salina de Cuesta Paloma, una nueva parada que nos permite entender el porqué de tantos Salados de nuestro entorno y un uso tradicional de sus aguas. Las Salinas se sitúan sobre el cauce que recoge las aguas de los barrancos de La Caballera y Cucarrón, y junto con las de Tejas Coloradas y el Tejar en Albendín, son una de las pocas que se mantienen a pesar del estado actual.


Seguimos subiendo dejando a nuestra derecha el ya citado barranco de la Caballera, punto que por su interés paisajístico y geomorfológico merecería también una parada que no sería difícil de poder acceder a los caminos tradicionales como el del Cortijo Viejo que enlaza con la vereda de Cañete o el camino del Cortijo de Melenas que enlaza con el camino del Vado de las Alberquillas. Sin embargo la mayoría se encuentran cortados a pesar de ser vías de dominio público cómo aparecen en el catastro sin que ninguna administración tome cartas en el asunto.


Seguimos ascendiendo hasta llegar al entorno del Cortijo Adalid y la finca del Castellar donde no hay problema para dejar el coche y pararnos a contemplar toda la cuenca vertiente de la Caballera desde un alto de 400 m, el mismo que nuestro punto de partida en Baena.


A poco más de un kilometro empezamos a descender retomando el trazado de la vereda de Cañete, camino alternativo que ya comentamos. Dejamos también en este punto el territorio Guadajoz por un momento, y entramos en la cuenca alta del Salado de Porcuna, arroyos de poca pendiente, típicos de campiña baja que año atrás año cortan carreteras y caminos durante la época de lluvias. Dejamos a nuestra izquierda el arroyo del Vaquerillo con los problemas serios de erosión que vuelven a dañar la carretera en dirección al cruce con el cordel de Castro a Porcuna. Al fondo en el horizonte, de nuevo Torreparedones.


Llegamos al camino de Castro. Antes habremos dejado a nuestra derecha el Cortijo de la Ermíticas que nos anunciaban en Baena. Dejamos la carretera no si antes ver como de nuevo la alcantarilla sobre el Vaquerillo nos cerrara otra vez el paso a poco que llueva.


Estamos a sólo cinco km de Paredones, 12 de Castro, 16 de Baena, 17 de Valenzuela y 18 de Cañete, y en otro de los cruces de caminos tradicionales de la campiña el camino de Castro-Porcuna (Cordel) y el de Baena-Cañete (Vereda). La entrada al Parque desde el Norte siguiendo la A3125 es también una ruta interesante de la que también hablaremos en su día, pero tiene también valor de cara a facilitar una entrada o salida complementaria al parque como veremos al final de este viaje.


Nos acercamos al Parque por el cordel de Castro hasta el camino de las Vírgenes. En frente tenemos otro camino que nos llevaría al cortijo del Adalid y a la A3125. Iniciamos el ascenso final a Paredones con la posibilidad de acercarnos antes a parajes históricos de esta parte de la Campiña como el cortijo, ermita y laguna de Los Butaguillos, y como no, Las Vírgenes, punto de delicado para la mayoría de los autobuses al cruzar la alcantarilla del Arroyo del mismo nombre, cuya fuente de la Romana veremos a la entrada del Parque y que aguas abajo alimenta una de las salinas tradicionales del municipio, Tejas Coloradas.


Y llegamos al centro temporal de recepción de visitantes que dará paso al nuevo centro de interpretación. Sin embargo no acaba aquí nuestra lista de rutas y caminos. Nos encontramos a 529 de altura, podemos seguir hacia los 579 de Paredones, o iniciar el descenso hacia el Cortijo del Redondillo y enlazar con el camino de las Añoras, y de aquí enlazar con la vereda de Cañete-Baena y tomar de nuevo la A3125 que nos llevaría hacia Cañete o hacia Baena.


Es este último recorrido el que se plantea como posible ruta alternativa de acceso al Parque. Hablamos de unos 5 km, la misma distancia que por la vía de acceso actual. Por este camino hasta el cruce del cordel de Castro desde la carretera de Cañete recorremos unos 5 km, la misma distancia que por la vía de acceso actual, aunque con un tramo sobre el camino de Cañete en mejor estado por lo menos hasta el cruce con la entrada al Cortijo de Añoras. De aquí hasta el Robledillo habría que mejorar el camino, pero se me antoja que aunque con mayor inversión inicial, la vía podría tener menos problemas de mantenimiento que la actual entrada. Pero esto como Torreparedones será otra historia de la que hablaremos en su día.

martes, 6 de diciembre de 2011

Caminos de Torreparedones (3). La vereda de Cañete y el camino del vado de Las Alberquillas

Estamos en el entorno del Puente y Venta de La Maturra, antes vado de las Salinas, también de la cueva del yeso, pero sobre todo nos encontramos con el Guadajoz. Desde el puente viejo río abajo vemos el tarajal y algunos restos de alamedas, y a lo largo de la zona inundable las olas del mar de olivos que desde la campiña inundan también vegas fértiles, antaño de frutales y hortalizas en ruedos de huertas, avena, cáñamo, maíz y cereal.


Aguas arriba el puente nuevo no nos deja ver más allá del hormigón. Es este puente el que también oculta la ocupación del dominio público hidráulico, el avance del olivar hasta el mismo río y vallas que impiden el paso de las crecidas naturales y aumentan el riesgo de inundación de huertas y casas del entorno.


El tiempo de parada puede ser tan largo como queramos, pues hay material y temas para ver, conocer e interpretar en este punto. Podemos adentrarnos por las riberas a lo largo de la margen derecha entre muros de piedra y taraje, y buscar los restos del molino de Abraje, al que también llegamos por el camino tradicional del molino o por la margen izquierda río arriba.


Podemos también buscar un punto más alto y contemplar la extensión de la vega y el contraste de olivos, tierra calma, puente y carretera. Nos podemos acercar al entorno de la cueva del Yeso, y en su día hacer una visita, pero sobre todo podemos cambiar de dirección para ir a Torreparedones.


Si tomamos el cordel Córdoba-Jaén en dirección a Castro, buscaremos el camino de las Alberquillas antes de llegar a Izcar. Iremos al norte por el antiguo camino del Vado de las Alberquillas, entrada a los Cortijos de Melenas, Carrascalejo, Salamanca y Los Ciervos de los Butaguillos, hasta encontrarnos con el Cordel de Castro a Porcuna, vía principal de acceso a Torreparedones. La semana pasada intente coger esta ruta en sentido inverso, desde Torreparedones hacia Castro, pero a la altura del cruce de las Salinas de Tejas Colaradas tuve que dar la vuelta y volver por la carretera de Cañete, principio de nuestro camino.


Si en vez de tomar el camino de Castro tomamos el de Albendín, iremos hacia otro cruce de caminos antiguos, el camino de Jaén y la vereda de Baena a Cañete, luego carretera comarcal CP-12, la misma que nos aparece en Baena como camino de las Ermíticas, y la que pasa por el Puente de Piedra.


Respecto al camino del Vado de las alberquillas, este camino aunque no está asfaltado se encuentra en mejor estado, y sin dificultad podemos llegar hasta la misma A3125 un poco más arriba del cortijo del Adalid. El camino nos permite algunos cortijos singulares del entorno como el Cucarrón y un paisaje espectacular mezcla de campiña alta y baja, con el fondo del Montecillo, siempre presente, y la sierra sur de Jaén. Volvamos al puente sobre el Guadajoz, antiguo vado de las Salinas.

Caminos de Torreparedones (2). De Baena al Vado de las Salinas

Partimos de la rotonda de Cañete en la que el monumento a Torreparedones nos anuncia el principio del viaje. También lo hacen las señales que nos marcan la dirección del Parque Arqueológico y la Cueva del Yeso, aunque nada nos dicen del entorno del Puente, el río o el Aula de Naturaleza construida e inaugurada en este mismo año.


Imagen de Manuel Priego Rodríguez (1)

Iniciamos el recorrido por la A3125 no sin carteles que nos anuncien las obras que cada año hay que acometer para paliar los efectos de las tormentas. Cada año llueve más o menos. En el mejor de los casos, cuando llueve mucho viene el corte de carretera y la obra correspondiente.


Puede pasar que llueva mucho otro año y por tanto las cortes serán más largos y las más obras más grandes. Cuando llueve poco o nada, parece que la cosa va mejor, y no es necesario ningún tipo de obra ni siquiera de mantenimiento. Sin embargo, a poco que llueva, el agua arrastra suelo a los cauces, a los del Guadajoz casi siempre turbio, pero también a los cientos de arroyos que parecen no ser importantes, sin vegetación, con más camino y olivos que cauce. La tierra llega a las alcantarillas, esos pequeños puentes que vemos en algunos caminos y carreteras menores como las que nos ocupa, los tapona poco a poco hasta que de nuevo la tormenta hace correr la tromba de agua por encima de la carretera, y así año tras año.


Dejaremos Baena entre nuevas Industriales, y casas antiguas convertidas en chalet y segunda residencia en torno a unos 400 metros de altitud, entre lomas y pequeños cerros. Queda a nuestra derecha el camino (Vereda) de Baena a Cañete, luego carretera comarcal CP-12, una de las vías de comunicación más importantes de la campiña durante cientos de años con el Puente de Piedra como punto central y descanso de ganado; ahora cortada, olvidada y posiblemente pasto de tractores y toda clase de vehículos 4x4.


Pasaremos debajo de la circunvalación y dejaremos a nuestra derecha la nueva carretera que lleva al Puente de Piedra y que sustituye a la anterior. Llama la atención la señal de dirección hacia las Ermíticas, paraje y cortijo en medio de la campiña que nos recuerda las primeras etapas del cristianismo en la comarca y, de nuevo, la ausencia de orientación hacia el Puente, el río o el Aula.



Avanzaremos entre olivos y almazaras, algunas viñas y pequeñas lomas. Dejaremos a la izquierda la continuación del Cordel de Córdoba a Granada unos 700 m antes de llegar a nuestra primera parada. Estamos en el entorno de la Loma de Morales y el Coscujo, ámbito del Parque Tecnológico del Guadajoz.


Al fondo aparece por primera vez la imagen de Torreparedones. Los restos de la torre del castillo nos señalan el punto de destino, pero también centran la mirada a un paisaje ondulado en el que intuimos el valle del Guadajoz, nuestra siguiente parada.


Iniciamos una bajada de unos 150 m hasta el río. A la derecha nos aparece el valle del Guadajoz, con una forma característica, a modo de sartén que explica la extensión de su zona inundable hasta los pies de la misma campiña alta.




(1) Manuel Priego Rodríguez (http://www.panoramio.com/user/5058318)