miércoles, 1 de diciembre de 2010

Los Molinillos

Los Molinillos da nombre a un cerro del entorno de Albendín en el que la abundancia de restos arqueológicos delata la presencia de un importante asentamiento que se extiende desde la etapa final de neolítico, hace 5000 años, hasta la época visigoda (s. VII).

En una entrada anterior ya hemos presentado algunas de las características y valores de este yacimiento arqueológico, sin duda, uno de los más importantes de la comarca, y de acuerdo con algunos de los restos excavados, también de la península [1].

Es un topónimo que no aparece en la cartografía consultada. El cerro nombrado se localiza en el ámbito del Paraje de Morana, concretamente cerca del Cortijo de Morana Baja. Igual que en otros casos en los que el topónimo se utiliza en otros parajes, como Los Molinillos de Nueva Carteya, su nombre alude a la riqueza arqueológica del lugar, sobre todo a la cantidad de piezas de moler [1], y en particular a los restos de molinos rotatorios.

Desconocemos el tipo y tamaño de los molinos a los que aluden otros arqueólogos que visitaron la zona en los 60 según la cita de Morena. De acuerdo con los restos que hemos visto en colecciones particulares y museos, existirían varios tipos y tamaños, incluyendo molinos de mano de tipo barquiforme o de vaivén de épocas más antiguas, así como los diferentes tipos y tamaños de molinos circulares o rotatorios [2] a los que se refieren los autores, y que pueden encontrarse no muy lejos del yacimiento [3].

Molino de mano (Neolítico). Fuente: http://imagenes-palabras.blogspot.com/2007/07/el-neoltico.html

Molino de mano. El Taratrato (Alcañiz, Teruel). Fuente: http://www.terueltirwal.es/teruel/teruelibero.html

Molino circular de la época Ibérica. Fuente: http://www.amigosdelcabriel.es/showthread.php?t=301

Piedra de molino de vaivén con resto de tégula romana. Fuente: http://cuadernosdebujalance.blogspot.com/2009/12/el-tesorillo.html


Piedra de molino circular de grano. Fuente: http://cuadernosdebujalance.blogspot.com/2009/12/el-tesorillo.html


[1] MORENA, J.A. (1994). El poblado y la necrópolis norte del Cerro de los Molinillos: Albendín (Córdoba). Estado actual de la Investigación. BRAC 126, 159-191.
[2] CHECA, A.; JIMENO, A.; JOAN-TRESSERRAS, J.; BENITO, J.P.; SANZ, A. Molienda y economía doméstica en Numancia (Numancia). http://www.artehistoria.jcyl.es/numancia/contextos/12605.htm
[3] ABRIL, J.M. (2009). El Tesorillo. http://cuadernosdebujalance.blogspot.com/2009/12/el-tesorillo.html

martes, 30 de noviembre de 2010

Los Molinillos, pasado y futuro

En varias ocasiones hemos llamado la atención sobre la riqueza arqueológica de Albendín y su entorno. El cerro de los Molinillos es uno de los parajes cercanos en los que el número y tipología de los restos encontrados ponen de manifiesto la importancia de esta población en la historia antigua de nuestra comarca.
Entre una ola de noticias en torno a los trabajos y hallazgos arqueológicos de Torreparedones, a principios de este año, Europa press se hace eco de la ampliación de la colección de arte ibérico del museo arqueológico de Baena con una nueva escultura procedente del Cerro de los Molinillos [1].

Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/611692/0/

Para los que vivimos en Albendín, la pieza es bien conocida como otras esculturas zoomorfas de leones, lobos y toros que se han encontrado en parajes cercanos como Morana y Vafresno. Estas y otras piezas encontradas se asocian a varias zonas de enterramiento o necrópolis del poblado de Los Molinillos.

Fuente: [3] http://arqueologiaencordoba.blogspot.com/2008/11/yacimientos-olvidados-de-la-provincia-i.html


En el Cerro de Los Molinillos se encuentran los restos de una población con un valor arqueológico de gran importancia como otras localizadas en sus proximidades en Torreparedones, el Cerro del Minguillar, Izcar y nuestro Montecillo.

El cerro se localiza en la margen izquierda del Guadajoz junto a la carretera de Andújar. Todos los que hemos paseado por las orillas del río, sin ser expertos en el tema, hemos podido ver numerosos restos de cerámica en los regajos que el agua crea en las terrazas más elevadas. Esta acumulación de materiales ya da idea de la importancia de un yacimiento habitado según el material encontrado hasta la fecha desde el Bronce Final hasta la época visigoda [2].

Primeros pobladores
Según Morena, el poblamiento del cerro se iniciaría durante el Calcolítico como en el caso de los asentamientos similares de Ategua, Izcar o Torreparedones. Sin embargo, los restos más antiguos pertenecen al Broce Final. Se trata de restos de cerámicas de diferente tipología y tamaño de cuencos, platos o recipientes para el almacenamiento y transporte de alimentos sólidos y líquidos. Durante este período, el asentamiento alcanzaría un desarrollo importante y se construiría la muralla defensiva característica de este tipo de asentamientos (oppidia). A diferencia de otros yacimientos, la muralla desaparecería a manos de buscadores de piedras para la construcción.

El mundo Íbero
A esta etapa pertenecen los restos más conocidos del yacimiento. Junto con abundantes restos de cerámica de la época, en los Molinillos se han encontrado varias esculturas zoomorfas así como alguna figura antropomorfa.

Fuente: [3] APHC. Arqueología y Patrimonio Histórico de Córdoba


La época romana
A pesar del tamaño del yacimiento, se desconoce la importancia del asentamiento durante la época romana. Aunque todavía no se ha encontrado ningún epígrafe sobre su antigua denominación, Los Molinillos sería una ciudad importante a raíz de los restos romanos encontrados, incluyendo infraestructura hidráulica y un posible edificio público con un pavimento de losas de caliza micrítica reutilizadas posteriormente en algunas tumbas de la necrópolis.

El poblamiento romano continuaría durante el Bajo Imperio y llegaría a la época visigoda. Según Morena, la población pierde importancia a lo largo del tiempo y queda deshabitada con anterioridad a la invasión musulmana.

El entorno de Los Molinillos, La necrópolis
Las intervenciones arqueológicas realizadas por Morena en los 90 pusieron de manifiesto la importancia del entorno del asentamiento original. Aunque se han encontrado restos de viviendas en la margen derecha del río y un posible horno de pan del Bronce Final, los restos más importantes pertenecen a varios grupos de enterramientos, en los que destaca un posible monumento funerario colectivo de singular relevancia y único en la provincia. Aunque no se encontraron elementos (ajuar) que pudieran datar la estructura, la tipología y tamaño del enterramiento comparable a otros yacimientos en Tarragona y Murcia, el enterramiento podría incluirse entre los siglos IV a.C y V.

Son también de interés los resultados de la excavación de otro grupo de enterramientos. En este caso, su disposición y tipología podrían indicar la existencia de alguna iglesia, basílica o ermita rural paleocristiana en la que se enteraban a su alrededor a los fieles.

El futuro de Los Molinillos
Para Morena, a pesar de su importancia, el Cerro de Los Molinillos era en los 90 uno de yacimientos poco o nada valorados de la comarca. Veinte años después de los trabajos de que recogemos en esta entrada, el yacimiento sigue siendo objeto del olvido [3] y por tanto del saqueo y expolio que fueran denunciados por Morena.

Con la aprobación de la nueva Planificación Urbanística y Territorial del Municipio de Baena [4], el Cerro de Los Molinillos se reconoce como parte importante de su patrimonio arqueológico. Su estudio y protección deberá incluirse en la Carta Arqueológica de Riesgo que el Plan propone como instrumento básico para establecer la correcta tutela del Patrimonio Arqueológico municipal, y así adoptar como en otros yacimientos las medidas de protección establecidas por la legislación aplicable y potenciar su uso científico y didáctico.

La recuperación del león de los Molinillos fue un paso importante como ojalá así sean los trabajos que en este ámbito de actuación se inicien desde la iniciativa municipal similares a los del Castillo de Baena o Torreparedones.


[1] http://www.europapress.es/andalucia/noticia-cultura-leon-iberico-procedente-yacimiento-cerro-molinillos-regresa-baena-20100121143735.html
[2] MORENA, J.A. (1994). El poblado y la necrópolis norte del Cerro de los Molinillos: Albendín (Córdoba). Estado actual de la Investigación. BRAC 126, 159-191.
[3] http://arqueologiaencordoba.blogspot.com/2008/11/yacimientos-olvidados-de-la-provincia-i.html
[4] AYUNTAMIENTO DE BAENA (2002). Plan General. Baena, de la agrovilla a la urbanidad. Avance.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Un recuerdo

Sabemos que tarde o temprano llega como final e inicio del ciclo de la vida. Somos conscientes que no hay vida sin muerte como noche sin día. A pesar de todo, cuando alguien se va lloramos su partida, sentimos algo en el estomago que nos angustia y el corazón se nos encoje. Sea a cuál sea nuestro convencimiento religioso o ética personal, nuestro primer sentimiento ante la muerte es de tristeza, lamento vestido de tragedia cuando la vida se parte de golpe como la de Antonio y no hace mucho la de Rafael.

Para sus familias mi más sincero abrazo, como un consuelo más de los muchos que os acompañaron o que lo hacen en estos momentos. Para Rafael mi recuerdo, los ratos de charla en la puerta sobre el aceite, el pueblo o la huerta. Para Antonio la memoria, la de la reforma de la casa o el proyecto de pesca, en el parque o en el embalse.

Ninguno de vosotros, como ninguna de las personas que nos dejaron en estos últimos años, quedareis en el olvido. Quede mi homenaje colectivo a través de la imagen gráfica de Antonio entre aguas y olivos de Vadomojón, cerrando el video que con Virgilio preparamos sobre el embalse y Albendín. Igual que su lance quedó reflejado en imágenes, su vida quedará grabada para siempre en nuestro corazón.

Un fuerte abrazo.

domingo, 3 de octubre de 2010

La Laguna de Consuegra, 2 y final

Como algunos sueños que al despertar quedaron fuera de la memoria, la imagen de la laguna de Consuegra pasó entre nosotros sin pena ni gloria. El tiempo cura heridas, pone en su sitio a cada uno, y lleva también al olvido.
El sol quema y arrasa con el agua, eso ya lo sabemos. Pero la bomba y el riego sin estar en el agua también acaban con el agua fresca del pozo y de su entorno. Secos como la laguna así aparecen ya los pozos cercanos. La aceituna está gorda y llena de agua, pero la laguna seca, muerta y olvidada.

Ya hay suelo para la grada, para el hoyo y el olivo. Se vuelve a la partida arrastrando con el cinco de oros y como siempre, la naturaleza pierde el cante, el de las veinte o el de las cuarenta. Se juega con oros, pero pintan bastos en un juego perdido de antemano.

1 de mayo 2005


Para todos aquellos que hicieron caso de nuestra invitación, gracias por venir y compartir con nosotros la memoria natural de nuestro entorno. Pero para la laguna, mi consuelo. Ni hubo tiempo ni iniciativa de profundizar en su conocimiento y menos en su conservación.


2 de junio de 2010

Ojalá que con calma, sin daño ni estropicio, el agua nos haga soñar otra vez con ánades, garzas, flamencos y malvasías. Ojalá que vengan otros tiempos en los que veamos lo natural como algo a conservar en beneficio de la biodiversidad así como en el de nosotros mismos.



2 de octubre de 2010

domingo, 26 de septiembre de 2010

Guadajoz

Retomamos nuestra toponimia. En un día como el de hoy, día mundial de los ríos, la entrada no podía ser otra que la de nuestro Guadajoz.

Guadajoz es nombre del río que baña la Vega de Albendín. En la cartografía y los textos antiguos aparece también la variante Guadaxox, pero también otros nombre como Víboras, Almedinilla o Salado aludiendo a las aguas de los afluentes de cabecera o a lo salado de sus aguas. Es esté carácter salino al que en su día los romanos recogieron con el nombre de Salsum (Flumen), y el que con el tiempo se convertiría en el Wadsus/saws/salado.

Con el nombre de Guadajoz también se denomina a una pedanía de Carmona a pie del Guadalquivir que toma el nombre del arroyo cercano o del nombre antiguo del Corbones, río que junto al Guadaira, corre por la campiña sevillana. Guadajoz se utilizó también en su día para nombrar a uno de los grandes ríos de Andalucía, el Guadalhorce, como derivación de Guadalquivirejo.

Si al Guadalhorce se le conoce como el río del trigo, el Guadajoz lo es como el río del pan. Aunque no hay fuentes documentadas de esta asociación, la historia recuerda la importancia de los molinos harineros en Castro y en el propio Albendín.

Por último, también se conoce el Guadajoz como el río de la Turbia aludiendo a lo turbio de sus aguas. Sin embargo, puede que lo turbio haga relación al típico curso meandriforme y no tanto a la naturaleza de sus aguas. Así ocurre con el Guadalhorce cuando es llamado también con el mismo nombre. Puede que este sea también el origen de una frase típica de Córdoba cuando se dice viene más turbio que el Guadajoz cuando alguien pasado de copas divaga de acera a acera como el propio curso del río.

domingo, 27 de junio de 2010

El Diablillo

Fauna singular de Albendín (1)

La Empusa pennata es un insecto de la familia Empusidae, típico de zonas cálidas y secas del mediterráneo, y una de las mantis más exótica de Europa. Es carnívoro, y suele verse con los primeros calores entre piedras y plantas inmóvil esperando a su presa.

La incluimos en nuestra lista porque es difícil de ver, pero sobre todo por lo singular de su aspecto, que nada tiene que envidiar a las criaturas fantásticas que la ciencia ficción no trae de otros mundos.


La imagen la tomamos en un paseo matutino por las pedrizas cercanas al pueblo. Estos puntos aparecen como eriales en el catastro, pero en nuestro entorno, aparte de esconder restos de la cultura ibera o romana, son verdaderas islas y santuarios de biodiversidad que deberíamos de proteger de forma prioritaria.

Los tarajales del Guadajoz

Árboles singulares de Albendín(1)

En una lista de árboles singulares de nuestro entorno, podríamos empezar con los ya incluidos en otros inventarios o listas similares. En Baena, el catálogo de árboles y arboledas singulares de la Provincia, incluye el taraje de mayor grosor de tronco de Córdoba, y uno de los de mayor cuerda de España. Se trata del taraje del Vado de las Estacas en el Guadajoz, a unos 10 km de Albendín.


Quizás no existan muchos tarajes de más de 4 metros de perímetro como el del que se comenta, pero en los tarajes de Albendín es fácil encontrarse con pies de más de 9 metros formando parte de un soto espeso en algunos tramos, y en otros aclarado por el pastoreo y paso del ganado.


El taraje es un árbol autóctono de la familia Tamaricáceas, y una de las especies más importantes de los sotos del Guadajoz en Albendín. Hoy cualquier intervención de corta, poda o arranque de uno de estos árboles está sujeta a la autorización correspondiente y en su caso a sanción. No es este tema nuevo. Ya en las ordenanzas de la Villa de Baena (siglos XV y XVI) se recogía la prohibición de cortar álamos, fresnos y taraes.


Existen varias especies de taraje. El del Vado de la Estacas y la mayoría de los tarajes que hoy vemos en el Guadajoz pertenecen a la especie Tamarix canariensis o taraje rojo. Todavía quedan algunos pies de taraje negro (T. africana) dispersos en el soto, aunque es bastante difícil diferenciarlo del taraje rojo. Algunos matices del color de la corteza o la floración son detalles que nos resulta algo complicados de ver. Sin embargo no era así para muchos de nuestro mayores que en base a la mayor flexibilidad del taraje negro construían escobas, cortaeras e incluso cangilones para las norias del Guadajoz.

Hoy en ausencia de otras formaciones boscosas (alcornocales, alamedas, fresnedas,…), el tarajal queda como la única formación forestal de nuestro entorno. Junto con algunos con otras especies de ribera forman parte de uno de los pocos ecosistemas naturales que perduran en Albendín. En nuestras manos queda transmitir a próximas generaciones este patrimonio natural.



jueves, 3 de junio de 2010

Albendín, 1950-2000

El paisaje del entorno de Albendín. Evolución y síntesis. Población, campo, infraestructuras y río. Volvemos a mirar atrás para comprender lo que fuimos y lo que hoy somos con la idea de decir lo que seremos en el futuro. Albendín en los años 50 del pasado siglo era una pequeña población entre la campiña y la subbética cordobesa. Sin embargo, es el río Guadajoz el elemento fundamental del territorio. Sobre el río se asientan los primeros pobladores, se crean las primeras huertas, y poco a poco se consolida el espacio habitado.
Hoy ilustramos una parte de la historia de Albendín mediante la revisión, contraste e interpretación de dos imágenes aéreas de su entorno. Se trata de las ortofotos de 1956 y las de 1996. Con ellas hablaremos de paisajes pero sobre todo de cambios que interaccionan para configurar una realidad actual fruto de la evolución de la población, el campo y las infraestructuras que de forma directa modelan la imagen actual del río.
La población
En 1950, la población de Albendín se reparte entre el núcleo principal de población, los cortijos y las huertas. Estos tres elementos conforman un hábitat rural disperso característico de la época y de otras poblaciones cercanas que desaparece con el desarrollo tecnológico, la mejora de la capacidad de transporte y movilidad y la existencia de nuevas actividades. Los cortijos asociados al cultivo del cereal, la vid o el olivar, pierden su capacidad de residencia, explotación y producción, se abandonan y se convierten ahora en ruinas, almacenes o naves agrícolas.

Las huertas, pierden también su capacidad de residencia estacional, contenidos y sobre toda una alta diversidad de cultivos y especies de fauna asociada, y quedan relegadas al autoabastecimiento con un envejecimiento general de sus propietarios.
Esta población que abandona huertas, cortijos y haciendas se concentra en el núcleo rural mediante un proceso de urbanización explosiva y poco organizada, que ocupa la parte elevada del pueblo y se expande hacia la zona inundable del río. La vivienda queda así desconectada de puesto de trabajo agrícola.
Los Cultivos
Respecto a los usos del suelo, la aparición de un nuevo marco europeo promueve cambios de cultivos bajo la dependencia de las subvenciones y primas de la PAC. Los sistemas de secano tradicionales (cereal, girasol) pierden espacio a favor del olivar que se extiende a zonas más bajas, llegando incluso a sustituir huertas ya vacías de todo contenido social y ambiental.
Infraestructuras
En estos cincuenta años se mejoran las infraestructuras. La red viaria compuesta de caminos, veredas y vías pecuarias se endurece, se construyen puentes y nuevas carreteras que rompen la organización natural de la red de drenaje, favorecen la escorrentía, provocan erosión y en muchas ocasiones, inundaciones. Las infraestructuras tradicionales de captación, las norias, aceñas y azuas, desaparecen perdiendo un rico patrimonio histórico, social, ambiental, y, posiblemente, económico. También el sistema tradicional de reparto o distribución, la red de acequias desaparece, así como lo hacen también los árboles frutales que mantenían su estructura de tierra y que cobijaban una rica fauna. Sin duda ahora el uso del agua en estas zonas es más eficiente, pero el precio que hemos pagado es irrecuperable, la pérdida de la biodiversidad.

El río vivo
Otra de las infraestructuras más impactantes es el embalse de Vadomojón. La regulación del régimen natural genera cambios importantes en la morfología fluvial, y la laminación de avenidas genera una sensación de seguridad que propicia la ocupación del espacio fluvial. El río se convierte ahora en una gran acequia de tierra, desprovista de vegetación, o cubierta en muchos tramos de hormigón. El régimen actual altera la relación anchura/profundidad, excavando el lecho y estrechando el cauce, aislando riberas y vegas, y eliminando especies con mayor necesidad de agua con el descenso de los niveles del freático aluvial. La regulación quita también grados de libertad y espacio al río, aislando antiguos meandros y lagunas aluviales que ofrecían una mayor heterogeneidad estructural, fuente e biodiversidad. En ausencia de crecidas ordinarias, y con esta sensación de seguridad, se pierde el miedo al río y se ocupa la zona inundable.

Los sotos
La disponibilidad de agua, y sobre todo los patrones de inundación organizaban la estructura de la vegetación de ribera. En su ausencia, la presión selectiva sobre especies con aprovechamiento maderero, o ganadero, y la disminución del nivel freático, se pierden especies como los fresnos y álamos, y la mayoría de especies arbustivas, el taraje se expande siendo favorecido por la salinidad natural de estos ríos, generando un soto monoespecífico de escasa diversidad de flora y fauna.


Durante estos 50 años hemos ganado en calidad de vida, tenemos más y mejores viviendas y servicios, tierras, carreteras y puentes. Sacamos más partido al suelo, controlamos el agua, erradicamos plagas y alimañas. Sin embargo, hemos perdido tradiciones y lugares en torno al río, cucañas, baños y peces; álamos, fresnos y mimbres; y así el propio río, parte importante de la historia, sentido y futuro de Albendín.

jueves, 27 de mayo de 2010

La Campaña de la Aceituna. Rojo y azul

Ya hemos hablado en el Blog de este episodio de la guerra civil en el entorno de Albendín. Hoy os presentamos dos documentos que aportan algunos detalles nuevos a la entrada anterior sobre el origen de la Chabolas o Chozas de Albendín. Uno de color rojo y otro de azul.


Recordemos que este nombre se toma al coincidir con la campaña de recogida de aceituna, en pleno mes de diciembre. Sobre la campaña, la militar, varios textos narran con detalle cada uno de los momentos de la toma de poblaciones como Albendín, Valenzuela, Cañete, o Bujalance, entre otras. De estos, el texto de Francisco Moreno titulado 1936. El genocidio franquista en Córdoba [1] aporta algunos datos sobre la toma de Albendín.

Tras superar las dificultades de la destrucción de las alcantarillas y pasos de la carretera de Baena a Albendín, las tropas del Teniente Coronel Gómez Cobián entran el 15 de diciembre en Albendín. Antes, como no, pasaron por la Torre del Montecillo, donde capturaron ocho prisioneros de la tropa encargada de su guarnición, entre ellos un brigada y tres sargentos.

La columna de Gómez Cobían entra en el pueblo y tras encontrarse con el puente derribado de la carretera de Valenzuela [2] por las tropas en su retirada a esta localidad, permanece hasta el 17 de diciembre, coincidiendo con la llegada de refuerzos de Luque para la toma final de Valenzuela el 19.

Los menos jóvenes, hemos tenido la oportunidad de hablar con los mayores sobre este episodio. Parece que justo antes de la entrada de las tropas, la población con miedo a la represalias, abandonaban los pueblos, como ocurrió en el caso de Albendín y Valenzuela tal y como recogen las crónicas. Pero ¿Qué pasó después?¿Cómo y cuándo se vuelve a poblar Albendín?

Trataremos de profundizar en este tema. De momento, os presentamos un texto que apareció el 23 de diciembre de 1936 en el número 71 de la revista AZUL editada en Córdoba, y órgano de la Falange Española de las J.O.N.S editado en Córdoba, que podéis ver en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica del Ministerio de Cultura [3]. En él se llama a la repoblación y de la vuelta a las labores del campo, entre ellas, como no la campaña de la aceituna.


A los vecinos de los pueblos recientemente conquistados

Liberados de la tiranía roja, a que estaban sometidos los pueblos de Albendín, Valenzuela, Cañete de las Torres, Bujalance, El Carpio, Villafranca y Pedro Abad, y siendo indispensable impulsas rápidamente el renacimiento de la vida en esa comarca, para que recobre su normalidad en todos los aspectos, se ordena a los vecinos de antedichos pueblos, refugiados en la zona sometida, que se reintegren a ellos con toda urgencia, comenzando la nueva era de paz y de trabajo.


Como la casi total actividad económica de la comarca recién liberada la absorbe la agricultura, deberán tenerse presente los Bandos de 14 y 25 de Noviembre que provee; a las necesidades y problemas del momento, dando soluciones para la recolección de cosechas y laboreo de las fincas abandonadas por sus cultivadores.


Para hacer la recolección de la aceituna pendiente en fincas abandonadas por arrendatarios, aparceros, etc., el propietario solicitará el nombramiento de un administrador que la verifique con facultad para vender el fruto al precio de cotización en plaza, pagar jornales, rentas vencidas y gastos análogos, depositando el resto y rindiendo cuentas en el Negociado de Asuntos Sociales de este Gobierno Civil que le dará el destino debido ingresándolo a la promisión de incautación si procediere o a su legítimo dueño si la ausencia fuese forzada. Si la finca estuviese abandonada por su propietario, los Ayuntamientos respectivos propondrán al Negociado de Asuntos Sociales el nombramiento de Administrados siguiendo normas análogas.


La siembra se efectuará por los propietarios de las parcelas abandonadas por sus cultivadores en la forma obligatoria que imponen los Bandos de 14 y 26 de Noviembre (B.O. de 17 de Noviembre y 1º de Diciembre) y las abandonadas por sus propietarios podrán ser labradas por los que lo soliciten cono dice el número segundo del último de los aludidos Bandos, al que los alcaldes deben dar la mayor publicidad para hacer saber a los labradores que pueden solicitar de la Asociación Agropecuaria de la Provincia el anticipo de cien pesetas por hectárea, y el préstamo de trigo para la siembra, También podrán solicitar de la Junta de Requisa de ganados el que necesite para las operaciones de la siembra.


El Negociado de Asuntos Sociales despachará en el plazo de cuarenta y ocho horas las solicitudes que se les presentes.


Así todos gobernantes y gobernados emprenderán honrosamente la tarea de la reconstrucción Patria, esperando del patriotismo de los refugiados que no tenga que reiterar la orden, imponiendo las sanciones precedentes.

¡Viva España¡
Córdoba, 23 de diciembre de 1936. El Gobernador Civil. José Marín.


[1] MORENO GÓMEZ, FRANCISCO (2009). 19936: El genocidio franquista en Córdona. Crítica.

[2] Quince meses antes, en el número 58 (septiembre) de 1935 de la revista también editada en Córdoba, ÁGORA, el entonces Secretario del Ayuntamiento de Baena, Luis Córdoba, hablaba de la finalización de la construcción del puente sobre el Guadajoz, y el alcalde, José Bujalance Santaella, de la carretera de Albendín.

[3] http://prensahistorica.mcu.es


domingo, 23 de mayo de 2010

Brincas

Brincas denomina al paraje entre el Alferez y La Presa. Existe también referencias al Molino harinero de Brincas situado en lo que hoy aparece como la Casería de la Fabrica, y lo que podría ser el anterior molino de Benifanin.



El paraje de Brincas no es muy extenso. Quizás se utilice para referirse al valle escarpado del arroyo que aparece en el 1:10.000 como arroyo de Brincas. Puede que de lo estrecho de este valle surja el término original como aparece en otros topónimos relacionados como Saltaderas o El Salto utilizados en otras regiones. Sin embargo esta idea no sería compartida por Joaquín Caridad [1]. En su explicación sobre el término Abrinca o A brinca rechaza la idea inicial de estar relacionado con brincar o saltar, y presenta varías alternativas relacionadas con distintas localidades y regiones europeas. La antigua Civitas Abricantum, Avranches de Normandía, Brignac (Abriniacus) en Francia, el río Reineck (Abrinca) en Colonia, son ejemplos de términos analizados por el autor y puede que relacionados con el pueblo celta o iliro de los Abricanti (los que viven a ambas orillas del torrente).

Tan sólo hemos encontrado dos lugares más con el nombre de Brinca para referirse a una casa rural en Italia (La Brinca [2]) y a una construcción en Gran Canaría (El corral de los Brinca [3]). En este caso se utilizan para referirse a sus propietarios sin encontrar referencia al origen del nombre de la mujer que habitaba originalmente en la casa o al apelativo de la familia Mendoza respectivamente.

Igual que en los dos casos anteriores, el uso de Brincas en el entorno de Albendín puede que esté relacionado con el nombre del Molino de Brincas. Este molino aparece en la Guía de la Provincia de Córdoba de Manuel Cabronero de 1891 [4] situado en el río Guadajoz a 8 kilómetros de distancia de Baena y con cuatro piedras. Su arrendatario era D. Manuel Romero Pérez, vecino de Santiago de Calatrava, y su propietario, capricho de la historia o no, D. Antonio Águila Mendoza.

Este Molino se correspondería con el Molino de Benifenin o Benifanin de la encomienda de la orden de Calatrava tras la reconquista de Albendín (1240) y que rescata Francisco Espartero en su obra Apuntes para la Historia de Albendín [5]. El autor utiliza el término Blincas como muchos otros vecinos de Albendín. De sus notas, damos cuenta de la compra del Molino por D. José Onievas en 1907, su transformación en central hidroeléctrica (fábrica de la luz) para el abastecimiento de sus propiedades, la posterior compra por lo que hoy sería Endesa, antes Sevilla de Electricidad, y de su actual propietario, vecino de Castro del Río.


[1] CARIDAD ARIAS (2003). Los fenómenos de homonimia y homofonía en la toponomástica y su repercusión en las etimologías cultistas y populares de la Europa Occidental. Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna.
[2] www.labrinca.it
[3] www.gmgrancanaria.com
[4] CABRONERO Y ROMERO, Manuel (1891). Guía de Córdoba y su Provincia para 1891 y 1892. Córdoba. Imprenta y Papelería Catalana, 1891.
[5] ESPARTERO ESPARTERO, FRANCISCO. Albendín. Apuntes para su historia.

Albendín siglo XIX. Nuevas citas

En una entrada anterior presentamos la visión de Pascual Madoz de la localidad de Albendín en su afamado diccionario geográfico-histórico. Esta publicación se ha convertido en una referencia básica para los que profundizan en la historia de los pueblos de la península. Menos conocido es el Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal (1826-1829) de Sebastián Miñano. Este documento fue sin duda el más importante hasta la aparición 20 años más tarde del Diccionario de Madoz.

Sobre Albendín, escribe Miñano [1] lo siguiente:





ALBENDIN. Aldea del Sur de España, provincia, obispado y partido de Córdona, jurisdicción de Baena. Población actual de 103 vecinos, 316 habitantes, 1 parroquia. El nombre de este pueblo es de origen árabe, tomado del de un castillo y fortaleza antigua de la Bética. Dista 1 legua de Baena. Situada a órillas del rio Guadajoz, en la falda de un collado, parte llana, y parte en pendiente. Produce toda clase de granos y semillas, vino y aceite; terreno seco y cálido. Fue reconquistado este pueblo por el rey don Fernando el Santo, año 1240, y de esta reconquista y descubrimiento de Ntra. Sra. De Albendín, hace memoria y elogio el poeta Juan de Mena, en sus Trescientas. Dista a 2 leguas de Luque.




Como ya vimos en la entrada anterior, Madoz recoge la mayoría de los datos de Miñano, y aporta algunos detalles nuevos sobre la parroquia y Ntra. Sra. De Albendín. Sin embargo, llama la atención que en 20 años, el número de vecinos sólo incremente en 2 (de 103 a 105) y el de habitantes de 300 a sólo 316. No son tiempos de crecimiento de la España rural, pero el dato contrasta con otro documento interesante que nos habla de Albendín.

Se trata de la Guía de Manuel CABRONERO Y ROMERO sobre Córdoba y su Provincia para 1891 y 1892 [2]. Se trata de un documento muy interesante sobre aspectos relacionados con el comercio, vías de comunicación y otras infraestructuras de Córdoba capital y los pueblos de la provincia. En la entrada correspondiente a Baena, aparecen datos que presentaremos en próximas entradas, y la siguiente descripción de Albendín.

Aldea con 127 edificios y 669 habitantes del Ayuntamiento de Baena, situada al Nordeste de dicha población y a 6 kilómetors 600 metros de la misma.
Calles: Baena, Castro, Luque, Jaén, Nueva y Sol.
Alcalde pedáneo: D. Francisco Cabrera Espartero. Dependiente: D. Juan Árias Triguero
Instrucción pública: Escuela incompleta de niños. Profesor D. Felix López Rojano
Parroquia: Santa María. Párroco D. Francisco del Moral Palacios. Sacristán; D. Francisco Zumaquero López

Podemos ver en este documento una tasa de crecimiento de la población mucho mayor entre 1847 y 1890. El número de edificaciones pasan a 127, y el de habitantes a 669. En próximas entradas intentaremos profundizar en estos datos. Dos textos podrían ser de gran utilidad los libros de bautizos y defunciones de la Parroquia. Con ellos podríamos establecer índices de natalidad y mortalidad que apoyen esta tendencia, a la vez podríamos hacer un estudio del origen y significado de los apellidos Albendín. Pero eso, como ya han dicho otros, será otra historia.




[1] MIÑANO, SEBASTÍAN (1826) Diccionario geográfico y estadístico de España y Portugal (1826-1829)
[2] CABRONERO Y ROMERO, Manuel (1891). Guía de Córdoba y su Provincia para 1891 y 1892. Córdoba. Imprenta y Papelería Catalana, 1891.



Ambos documentos, así como la imagen del mapa de la provincia de Córdoba en 1847 pueden verse en http://www.juntadeandalucia.es/cultura/bibliotecavirtualandalucia

lunes, 17 de mayo de 2010

La Zamajona

Junto a Cobatillas se extiende el paraje de La Zamajona y , tributario del Cobatillas, el arroyo de la Zamajona.

Sobre el kilómetro 18 de la carretera comarcal hacia Martos, aparece una elevación que recibe el nombre de La Zamajona. En la vertiente norte de la Zamajona veremos un curso de agua pequeño que recibe el nombre también del arroyo de la Zamajona.
A diferencia de los términos covatillas y cobatillas, zamajona es un topónimo mucho menos frecuente en la península. No hemos encontrado referencia alguna a puntos o lugares con el mismo nombre. Dicha ausencia podría relacionarse con un origen prerromano de la palabra, y la pérdida temprana de su uso o carácter apelativo para la nombrar elementos del territorio. Esta sería la hipótesis de José Ramón Morala [1] que considera dicho origen en el caso de Zamayón o Zamajón en Soria. Dicho término se aplicaría a humedales y zonas bajas, y por tanto semipantanosas.

Para Pascual Riesco [2] el uso de los términos Zamayón y variantes como Zamajón, Zamocino en varias poblaciones de Salamanca se relaciona con el sufijo latino cyma, mucho más utilizado en la toponimia peninsular como cimayo, cimao, cimajo, cimayos, cimalias y cimajada, palabra utilizada para referirse al sitio más alto. Quizá sea este último el significado de Zamajona, coincidiendo con su uso en la zona de Salamanca cuando se utiliza para nombrar algunos cerros sobre los que se construían los caseríos.

[1] MORALA, J.R. Los ríos y los paisajes del Duero en la Toponimia. http://www.unizar.es/fnca/duero/docu/p306.pdf
[2] RIESCO, P. (2006). Anotaciones toponímicas salmantinas. Salamanca, Revista de Estudios 53. Pp. 185-264.

domingo, 16 de mayo de 2010

Cobatillas

Llevan el nombre de cobatilla los parajes de Las Cobatillas y Cobatillas, el arroyo de Cobatillas y el Cortijo de Cobatillas.

Las Cobatillas y Cobatillas son dos parajes contiguos que se encuentran al norte de Albendín y que constituyen el límite con la provincia de Jaén. En su origen podrían formar un único paraje que con el tiempo daría lugar a dos fincas distintas como pasaría con el Cortijo y Huerta de Vafresno. El arroyo y el cortijo de Cobatillas tomarían el nombre del lugar.
Según la fuente cartográfica consultada el mismo paraje aparece como Covatillas. Es el caso de la cartografía 1:25.000, que puede verse en el SIGPAC [1], el mapa 1:10.000 de Andalucía. También lo es el de otros lugares de la península que aparecen como Cobatillas y Covatillas como los cerros de Cobatilla en Cardeña (Jaén) [2] y Mondayona (Guadalajara), los parajes de Cobatillas en Alcalá de los Gazules en Cádiz, las poblaciones de Cobatillas en el Levante (Murcia, Albacete, Teruel) y la Ermita de la Nuestra Señora de Cordobilla o Cobatilla de Priego de Córdoba [3].

Sobre el origen de la palabra hay varias opiniones en torno a los términos árabe qubba y el latino cova. La primera se corresponde con un arquetipo que daría lugar a varios significados. Qubba se utiliza actualmente en el norte de África para referirse a un edificio cubierto por una cúpula. También se relaciona con el termino alcoba (al-qubba) [4] y con cierto depósito o arca de agua denominado alcubia y que se relacionaría con otros topónimos como el de Alcubillas [5]. Para otros autores [6], el término qubba estaría relaciona con cierto tipo de tiendas bereberes, en particular de la tribu de los gazules. Este mismo autor negaría la relación de la palabra cobatilla con el termino cova (cueva) argumentando su desconexión con diminutivos tales como cuevatilla o cuevitilla para referirse a una cueva pequeña, y el uso del término algarejo en la provincia con tal objeto.


Cova, covus son términos de origen latino que se significa hueco y cueva [7,8]. Una covachuela, covacha o covatilla sería una cueva pequeña natural para refugiarse. En cualquier caso, qubba y cova están relacionados, de forma que la idea de refugio estaría asociada con la de hueco o cueva, y la de cúpula con la imagen de los muchos cerros y colinas de toda la geografía española que llevan la palabra cobatilla.

Referencias:
[1] http://sigpac.mapa.es/fega/visor/
[2] http://www.foro-minerales.com/forum/viewtopic.php?t=1947
[3] http://www.puentegenilweb.com/cobatilla.htm
[4] http://oppidum.es/2006/PDFs/Ram%C3%B3n-Laca%202006.pdf
[5] http://www.gergal.net/anejos/alcubillas.html
[6] http://identidadandaluza.wordpress.com/2010/01/27/la-tribu-bereber-de-los-gazules-en-la-toponimia-hispanica/
[7] http://www.alcozar.net/diccionario/b.htm
[8] http://www.villardecanas.es/gonz1/voc.htm#C

jueves, 6 de mayo de 2010

El ámbito del proyecto TOPO-Albendín

Ya os presentamos los objetivos y temas a tratar sobre cada término incluido en el proyecto TOPO. Para delimitar su ámbito espacial os proponemos la siguiente área de trabajo con algunos términos a investigar.

Comencemos rindiendo homenaje a D. Francisco Valvere y Perales, que tanto y bueno habló de Baena y Albendín a principios del siglo pasado, y marquemos el primer punto de nuestro polígono en el Portichuelo, que tal como diría el autor, sería el Portichuelo de Albendín.

Sigamos hacia el oeste por el camino que lleva a la Loma de Quiebracostillas y que pasa cerca de la casería del Portichuelo para terminar en la carretera de Fuentidueña (CP-206).
Nos dirigimos ahora hacia el norte dejando a nuestra derecha los cerros más altos de Las Cañadas, La Hoya del Conejo, El Montecillo, La Hoya del Muerto, La Purificación, Morana Alta, y El Palomar junto al Guadajoz.

A la izquierda quedaron el Cerro de Alensiano, El Viso del Fraile, Cuesta Blanca, El Lentiscar, Peñarrubia y el Vado de las Estacas. Desde Quibracostillas al Guadajoz en este primer tramo cruzaremos el arroyo de la Higuera que baja desde Las Cañadas y se une al del Pozo, y cerca del Guadajoz aguas arriba del puente del Palomar, veremos los Barrancos de Las Canteras, Perezón, y Ventajaniz, y aguas abajo el barranco de los Mármoles, y el arroyo del Pozo de la Hoguera.

Cruzaremos el Guadajoz y a la derecha quedará el entorno del Alférez y Brincas, Pedro Ortíz, La Loma de Piedra Hueca, Fuentidueña y El Jardón; y a la izquierda, Gastaceite y Martín Sancho con los arroyos que llevan el mismo nombre.

De Fuentidueña a las Lagunas (la de La Quinta y la del Rincón del Muerto) pasamos por Santa Eugenia y El Aguilarejo, Villarmatín y El Llano. Seguiremos hacia Valenzuela y veremos el Cerro del Guijarral y La Loma del Cerro Blanco junto al cruce de la carretera de Bujalance (CP-232). Nos desviamos por el Cortijo de la Judía en busca del cruce del Camino de Granada con la carretera de Valenzuela (CP-294).

Nos dirigimos ahora al sur pasando por Cabeza Vaca, La Saladilla, Haza Renta, Las Barquillas y el Haza del Marques donde nos encontraremos con la Carretera de Andujar. Seguiremos por el Camino de Granada para dejar más al sur Mirabueno, hacia Los Morenos, Lázaro Gordo y La Raya. Seguiremos bajando hacia Loma Beltrán, dejando La Consuegra ha nuestra derecha, y llegar a la Zamajona.

Atrás dejaremos la Venta de Doña María para dirigirnos hacia el Tarajal. Continuaremos por el Camino a Albendín por la Cañada del Agua, Dehesa Alta y llegar a Cárdena a pie del embalse de Vadomojón.

Frente a Cárdena está El Doncellar. De aquí iríamos hacia la carretera de Luque buscando el camino de Manosalvas hacia la Loma de Cifuentes y llegar de nuevo al Portichuelo, dejando atrás la Casería de Pernea y El Caballo.

Estos son los límites del área de estudio con algunas de las fincas. En su interior quedarían parajes singulares como Las Lomas de Panillas y del Tinadillo, Fuente de Albendín, El cerro de Majadahonda, Piedra Hueca, Vadojaén y Vadomojón, al sur de Albendín. Al norte, estarán el Cortijo Bajo, El Pozo de la Plata y Valdehocinos, Vadofresno, Los Molinillos y La Presa.

Cada lugar tiene uno o varios cortijos y caseríos, caminos y vías pecuarias, barrancos, arroyos pozos y cerros que esperan ser atendidos en este proyecto. Ojala lo consigamos.

El Proyecto TOPO Albendín

En esta corta andadura de Albendín desde la Torre nos acercamos poco a poco a las mil entradas. Estamos satisfechos con el trabajo y los contenidos. Sin embargo, echamos de menos la contribución de las personas que nos visitan. Con el objetivo de fomentar vuestra colaboración y profundizar en nuestro patrimonio, os proponemos un proyecto compartido.

Se trata de confeccionar entre todos una toponimia de Albendín que nos permita conocer el origen y significado de las palabras que utilizamos para nombrar nuestra geografía cercana. Ríos como el Guadajoz, arroyos como el de Cobatillas, parajes como Valdehocinos, o el mismo Albendín, llevan nombres cuyo origen y significado desconocemos, o en el mejor de los casos dudamos de su procedencia.

Nos comprometemos a ir aportando entradas específicas a un topónimo o grupos de topónimos relacionados con los cursos de agua, cortijos, fincas, etc. En la medida de lo posible trataremos de sistematizar el trabajo para elaborar una base de datos que contenga la siguiente información:

1) Origen de la palabra: pre-romano, romano, árabe, relacionado con personas o santos, etc.
2) Referencia topográfica: mapa o cartografía de donde se toma el nombre
3) Toponimia popular: Nombre alternativo usado en Albendín y que no figura en la cartografía oficial
4) Significado: traducción o explicación del término
5) Variantes: Formas en las que aparece en la cartografía como el caso de Cobatillas y Covatillas, o el mismo Albendín con Alvendín e incluso Alverdin.
6) Referencias: Fuentes utilizadas para el análisis del término, como artículos, libros, páginas web, etc.
7) Imágenes: Fotografía o imágenes que sean de interés para ver el lugar o entender su significado. Por ejemplo, cuando hablemos de Vadrofresno, estaría bien tomar una foto del paraje, y aunque ya es difícil encontrarlos por el lugar, una foto de detalle de algún fresno.
8) Otros lugares con el mismo nombre: parajes o pueblos que tenga el mismo término, por ejemplo, nuestra Consuegra o el pueblo de Consuegra en Toledo.

Podéis colaborar a través de los comentarios o vía email (albendindesdelatorre@gmail.com), de forma anónima o identificándose. En particular prefiero este último contacto en la medida que por nuestra parte nos gustaría recoger y reconocer públicamente vuestra participación en el proyecto.

Nuestro agradecimiento ya por vuestra colaboración e interés. Estamos seguros que podremos hacer un trabajo interesante y sobre todo gratificante. A parte de buscar en libros y la web, es un trabajo que nos obligará a comunicarnos más con nuestros mayores y luego con nuestros hijos para transmitir lo aprendido. Junto podremos así mantener viva nuestra memoria, nuestra identidad y nuestra cultura.

miércoles, 5 de mayo de 2010

La Laguna de Consuegra

El agua no has traído imágenes inéditas por todos los lugares de Andalucía. En Albendín hemos visto el Guadajoz cargado de agua. En su llanura de inundación han aparecido cauces y lagunas antiguas que con la ocupación de esta zona inundable desaparecieron a lo largo del tiempo a base de arado, huertas y olivares.

El agua nos ha traslado en el tiempo y parece que también en el espacio. La campiña se muestra como nunca, verde y en movimiento por el viento, como un mar de olas suaves, salpicado de cortijos a modo de barcas que lo surcan. En el olivar, el verde es plata, signo de salud y casi garantía de cosecha buena, si el calor y el frío no la quiebra. Las lindes y cunetas están llenas de tallos verdes salpicados de morados, azules, rojos, blancos y amarillos de flores que no veíamos hace tiempo. En las pedrizas y eriales, el matorral es más verde, y esas diminutas plantas de rocalla parecen más grandes que nunca.

De esas lagunas que desaparecieron os mostramos algunas imágenes de la de Consuegra. La laguna se encuentra muy cerca de Albendín, a unos 700 metros del Cortijo del mismo nombre, y a poco más tres kilómetros del pueblo por la carretera de Los Noguerones y el camino de Valdehocinos.


Hoy aparece plena de agua ahogando un buen número de olivos. La superficie de la lámina de agua al 1 de mayo se extendería a casi hectárea y media, prácticamente la mitad de la superficie de la laguna original (unas tres hectáreas), algo menos que la superficie de la laguna del Rincón del Muerto en Fuentidueña.

La laguna original sería muy parecida a otras cercanas como la de la Quinta, Rincón del Muerto y la del Salobral, entre otras. Estas se incluyen en el inventario de humedales andaluces y forman parte de la Reserva Natural de las lagunas del Sur de Córdoba. La de Consuegra, formaría parte de un complejo de varias lagunas, como se desprende del nombre del paraje en el que se encuentra, Las Lagunitas, y de la simple observación del entorno cercano. Presentaría una orla de vegetación formada por carrizo, junco y taraje. La vegetación acuática estaría formada por macrófitos adaptados a cierta concentración de sales. Sería fácil ver cigüeñuelas, avocetas y ánades que se reproducirían en la laguna, y otras podrían verse de paso o invernada como el flamenco, el aguilucho, la garza y otros ánades como el pato cuchara o la cerceta.


En la última visita, rápida y casi de paso, sólo paré para sacar algunas fotos. Las orillas aparecen desnudas, sin vegetación, aunque pueden verse ya algunas plantas acuáticas. Entre motosierras y taladores trabajando, poco pájaro había que observar; aún así, puede ver una pareja de azulones entre los olivos.



Me comentan que la laguna no se ve así desde hace cuarenta años. Posiblemente sea más. Con años de agua no sería difícil ver la laguna como la tenemos ahora. Aparecería en períodos de lluvia, y aunque se secara en verano, se mantendría en medio de los campos de cereal que la rodeaban y luego de olivar. En cualquier caso, ya en 1956 se puede observar en la ortofoto correspondiente la puesta en cultivo del lecho de la laguna.


Espero que esta entrada os anime a visitarla, y en el tiempo que se nos muestre como lo que fue, podamos profundizar en su conocimiento, y ojala que en su conservación.

viernes, 16 de abril de 2010

La construcción de una noria fluvial

El tema de las ruedas y norias se aborda en este blog de forma recurrente por su especial contribución al patrimonio cultural de Albendín. La entrada de hoy profundiza en este patrimonio desde un punto de vista inmaterial o intangible. Lo que hoy presentamos no es tanto los detalles y elementos estructurales de una rueda, como lo que entraña su construcción, un trabajo, oficio o arte que contribuye de forma significativa a ese otro patrimonio etnográfico de saber hacer que define la propia identidad de un pueblo.

En el ámbito del proyecto europeo LIFE Guadajoz tuve el placer de conocer a Juan Antonio y Francisco Hinojosa con motivo de su colaboración en la construcción de la noria del Puente de Piedra de Baena. De su mano entré de lleno en el oficio del aladrero, y aprendí la jerga o mejor dicho la poesía de la noria. Masa, tabaque, berlinga, madrina, dornajo, motillo, ladrón y boquerón, son ejemplos de algunos de los términos que definen las piezas de nuestra rueda. De ellos daremos cuenta en una próxima entrada. Ahora veamos como de la caña y el metro, el aladrero calcula la noria, y luego de la madera crea cada uno de los elementos de la rueda.
Una de las actuaciones más relevantes del Programa LIFE Guadajoz fue la construcción de una noria en el paraje del Puente de Piedra de Baena. Fruto del seguimiento que hicimos de este trabajo podemos contar con un archivo fotográfico de carácter singular y, que sepamos, único en Andalucía. De este seguimiento os mostramos algunas de las imágenes que ilustran el proceso de construcción.
La primera imagen os presenta la terraza inferior donde se localizaría la noria con la idea de dotar al paraje y futuro parque fluvial del Puente de Piedra de un elemento singular de referencia. El agua de la noria alimentaría un canal interior que rompería la homogeneidad de la masa de eucaliptos inicial y devolvería el agua al cauce del Guadajoz, aguas abajo de la parcela. Con la ayuda de un par de cañas y una cinta métrica, Juan Antonio, levantó la topografía del terreno incluyendo las cotas del cauce del río, terrazas, y punto de embocadura del canal. A partir de este levantamiento topográfico “artesanal” se establecieron las dimensiones de la rueda, así como la caja y el caz.



Una vez finalizada la caja se procedió a realizar la base de la noria mediante un encofrado sobre el que establecer los dos pilares de sujeción de la rueda, los caballos, en este caso, también de hormigón, a diferencia de otras norias antiguas en las que eran de madera o en el mejor de los casos muretes de piedra. Sobre los caballos se coloca la mesa y contramesa (si fuera necesario) en la que se situará cada una de las palomillas en las que girará la masa o eje de la rueda.


Sin duda, uno de los elementos más importantes de la noria es la masa. Su construcción se realiza en madera de encina por su resistencia. La de esta noria se realizo a partir de una de las ramas de una encina centenaria de la que tuvimos noticia de su caída en Nueva Carteya. La siguientes imágenes dan muestra de sus dimensiones y del trabajo de Juan Antonio. La encina, puede verse como monumento en la salida de Carteya a Cabra.



Instalada la masa, se comienza la inserción de los cuartos y radios de la rueda, así como los elementos de sujeción longitudinal como el tabaque, madrinas y cuñas, o circular como las vueltas de cinta. Sobre los radios y motillos se colocan los álabes que con la fuerza de la corriente origina el movimiento de la rueda. Atravesando los álabes se coloca el encañado, estructura fundamental para fijar los cangilones.



Sobre las berlingas se sujeta el dornajo de derrame y dornajo manga que conduce el agua a la matrinche que distribuirá el agua hacia el canal.





Junto con el levantamiento de la rueda, se procedió a la apertura y encofrado del caz, canal que conduce el agua del cauce principal hacia la rueda. Con objeto de elevar la lámina de agua y permitir su embocadura al caz, antiguamente se construían atajeas o pequeños diques (azudas). En nuestro caso decidimos instalar un pequeño deflector que desviara la corriente principal sin interrumpir la continuidad del río. La cantidad de agua entrante, y por tanto la velocidad de rotación de la rueda se realiza mediante un pequeño canal de derivación o ladrón, y la compuerta de entrada a la caja.





En condiciones normales, la obra quedaría así terminada, pero desgraciadamente, durante su construcción la noria sufrió varias agresiones, con lo que tuvimos que instalar una valla de protección, que también recogemos aquí para llamar la atención de las autoridades y la ciudadanía sobre la necesidad de proteger y educar a nuestros hijos de la importancia de este patrimonio.

La intervención no quedó terminada hasta completar los trabajos de protección y estabilización de taludes como os mostramos en la siguiente serie de imágenes.


Para terminar, mi agradecimiento a todos los que participaron en la obra, así como a la Mancomunidad del Guadajoz-Campiña Este de Córdoba por su financiación, y de forma particular a Juan Antonio Hinojosa Reyes, maestro aladrero y artesano del Guadajoz, y a su hijo Francisco Hinojosa Leiva, tradición renovada, por todos los momentos vividos y los conocimientos transmitidos.