miércoles, 14 de diciembre de 2011

Fuentes de Albendín y Baena

Junto a los ríos Guadajoz, Marbella y Guadalmoral, los pozos, fuentes y manantiales del municipio han sido la base del abastecimiento de agua de la población de Albendín y Baena, así como de cortijos, caserías y casas de huerta de nuestro entorno.

Fuente de Baena

Sobre algunas de estas fuentes y caños, así como de los pozos de nuestro entorno, las ordenanzas de la Villa nos ofrecen algunas referencias y normas de uso durante el siglo XVI [1] de la fuente de la Villa y los siguientes pozos: “pozo el toribio El pozo ancho El pozo charcon El pozo andres perez El añora don ximero El pozo El freile El pozo el valle El pozo serranillo El pozo El judío El pozo El moreno comarcadilla”, entre otros.

Fuente de Baena

Tres siglos después, en la entrada correspondiente, Madoz [2] recoge la existencia de “cinco fuentes, todas perennes y de buenas aguas. La llamada de La Salud es muy buena a propósito para las erupciones cutáneas; y la de Baena, abundantísima y célebre por abastecer toda la población, tiene siete hermosos caños, y sus aguas son tan útiles para la gota, que no se ha conocido que ninguno de sus habitantes haya padecido esta enfermedad. Hay además algunos otros manantiales, pero estos se secan en el rigor del estío”.

Fuente de La Salud

Sin embargo, es Valverde y Perales el que, de nuevo, nos ofrece una magnifica descripción de las fuentes de Baena [3]. Cuatro son las fuentes que consideraba el autor de carácter permanente: la de Baena o la Mayor que desde tiempo inmemorial viene surtiendo con sus salutíferas y abundantes aguas al vecindario, y las de Pedro Muñoz, de la Salud y la fuente de la Cañada, con aguas de peor calidad, algo más extraviadas, y que en tiempos muy secos reducen mucho sus manantiales. De todas ellas Valverde da buena cuenta de su estructura, reformas a lo largo de los siglos XVI-XIX, y datos de la calidad de sus aguas sobre un análisis en mayo de 1902 por Emilio Echevarria, Jefe del Laboratorio del Hospital provincial de Toledo, que constituye una magnifica referencia técnica para comparar el distinto origen y naturaleza de estas fuentes.

Fuente de La Aduana

Sobre este análisis, Echevarría concluye lo siguiente:

“El agua de la fuente de Baena, sin ser de primera calidad, es buena para todos los usos domésticos, y para el consumo público, y aunque gruesas y bastante peores, las de Pedro Muñoz y la Salud, pueden también destinarse a iguales servicios, dando siempre preferencia a la de la fuente de Baena. La de la Cañada, usándola constantemente, pude producir trastornos en el organismo por la gran cantidad de sales cálcicas y magnésicas que contiene en disolución, siendo, por tanto, conveniente el abstenerse de beberla. Mejor que como agua potable, pudiera aplicarse, por prescripción facultativa, para combatir algunas alteraciones leves del aparato digestivo.”

Fuente de Pedro Muñoz

Otro dato importante de la descripción de Valverde son los datos de la abundancia de sus aguas. En pleno mes de julio, la fuente de Baena tenía un caudal nada despreciable de 11,6 litros por segundo, o lo que es lo mismo, 41.760 litros a la hora, cantidad semejante a la que otras fuentes arrojaban a lo largo de un día. En una próxima entrada intentaremos valorar la evolución hasta nuestros días de la calidad y cantidad de las aguas de estas cuatro fuentes.

Fuente de La Cañada (Postal de 1970)

Respecto a otras fuentes, Valverde cita La Salobreja, de mal sabor, construida en 1882, y dos fuentes más antiguas que se perdieron. Son las fuentes del Barranco en las cercanías del puente de Perales, y la fuente de la calle Llana.

Pasamos de 1903 a 1999, año en el que Diputación de Córdoba edita un magnífico texto de Ricardo Córdoba y Fátima Castillo sobre las Fuentes de la Provincia de Córdoba [4]. En el municipio de Baena, los autores señalan el valor histórico-artístico de la fuente de Baena, una de las mejor conservadas de la provincia, todo lo contrario de la fuente de Pedro Muñoz, cuyo estado de abandono se denuncia. Sobre la fuente de la Salud se destaca la inscripción conmemorativa de la reforma efectuada en 1907, uno de los escasos ejemplos de este tipo conservados en la provincia. Por último, el inventario destaca también las fuentes de la Aduana y de La Cañada, de uso por la población, pero de menor interés arquitectónico.


A pesar de su antigüedad y situación estratégica, ninguna de las referencias anteriores incluye las dos fuentes principales del entorno de Albendín. La más cercana a la torre del Montecillo, conocida como la del Alcalde, podría ser una de las piezas fundamentales del abastecimiento de agua de los diferentes asentamientos ibero-romanos del cerro de los Molinillos como lo fue a partir de 1928 para la población de Albendín. La situada cerca del Guadajoz se encontraba en el cruce del camino de Jaén con el de Luque, dos de las vías más importantes vías de comunicación del municipio.

Fuentes de Albendín
Aparte de las de Albendín, la de Baena o el resto de fuentes citadas, existan más caños y manantiales en el municipio que constituyen una de las piezas clave de nuestro patrimonio con valores singulares de carácter histórico, arquitectónico, etnográfico y en la mayoría de los casos arqueológico, dignos de conservación, recuperación y puesta en valor.

Fuente de la casilla de Los Alcones

En este sentido la iniciativa de la Junta de Andalucía y la Universidad de Granada de inventario de los manantiales y fuentes de Andalucía constituye una iniciativa de especial interés [5]. Desde la perspectiva de la investigación hidrogeológica, etnográfica o arqueológica, el catálogo constituye una referencia básica, pero es su carácter participativo y abierto a la sociedad lo que lo hace todavía más importante. Cualquier persona que conozca algunas de estas fuentes puede contribuir al catálogo cumplimentando una ficha tipo con las instrucciones que se ofrecen en la página del proyecto.


En el municipio de Baena, el inventario incluye un total de 8 registros con su correspondiente ficha e imágenes. Se trata de fuentes ya conocidas como la de Baena, La Salud, Pedro Muñoz, y La Aduana, la recientemente recuperada de la Romana en Torreparedones, la Laguna de la Quinta en la que las aportaciones subterráneas son importantes, así como otras fuentes menores como las del Puntal en el cortijo de la Piedra y la de la casilla de Los Alcones.

Fuente de El Puntal
En próximas entradas daremos cuenta de cada una de estas fuentes y manantiales con detalle con la esperanza de contribuir al conocimiento y difusión de este patrimonio local, poco conocido, y en muchos casos amenazado por el abandono o el abuso de los recursos hídricos.



Desde ADLT dedicamos esta entrada a Esperanza Cabello que nos animó a investigar en nuestras fuentes y nos honró con su visita y comentarios. Un abrazo.



[1] VALVERDE Y PERALES, F. (1907). Antiguas ordenanzas de la Villa de Baena. Siglo XV y XVI. Edición de 1998 (Ayuntamiento de Baena). Ordenanzas de Fuentes (609-623 pp) y Pozos (565-568).

[2] MADOZ, P. (1806-1870). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Tomo III, [Arra-Barcelona]. BAENA (287-292 pp).

[3] VALVERDE Y PERALES, F. (1903). Historia de la Villa de Baena. Edición de 1994 del Ayuntamiento de Baena.

[4] CORDOBA, R.; CASTILLO, F. (1999), Fuentes de la provincia de Córdoba. Estudios de Medio Ambiente Provincial. Nº.1. Diputación de Córdoba. 95 pp.

[5] http://www.conocetusfuentes.com/nueva/home.php

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