martes, 30 de octubre de 2012

De Santos, Difuntos y gachas


Llegan los días de todos los Santos y Difuntos. Como en muchas de las fiestas religiosas que celebramos cada año, tras la festividad católica aparecen ritos y costumbres de origen pagano, ciclos naturales de cambio y muerte de la naturaleza.
 
Cementerio de Albendín

Los equinoccios de marzo y septiembre señalan la llegada de la primavera y el otoño. Con cuarenta días mágicos de cambio y paso de estrellas y planetas, tras el inicio de la primavera el campo se lleva de romerías en torno al 13 y 15 de mayo, y tras el del otoño, otros cuarenta días después, llegan los Santos y Difuntos del 1 y 2 de noviembre.

Con el día de Todos los Santos, la iglesia católica honra a los cristianos caídos en tiempos de persecución y campo de mártires, y a los santos olvidados. El de Difuntos es día de oración por las almas de los fallecidos que moran en el purgatorio y recuerdo de familiares. Pero antes de que la Iglesia recogiera estos días en su calendario, culturas y religiones anteriores marcaron el 31 de octubre como principio y fin de año [1], una noche mágica dedicada al sacrificio de Dioses de la fertilidad, de faunos, chamanes y brujas, un día en el que la barrera entre lo vivo y lo muerto se estrecha, y en el que las ánimas frías y blancas anticipo del invierno vuelven a la tierra. Con noviembre acaba el otoño; es tiempo de migas, de envero de aceituna, de siembra de grano en la campiña, y de cosecha de membrillos y gránas en la huerta. En el monte, noviembre es mes de bellotas y castañas, tiempo también de recogida y guarda de ganado.

En estos días de Santos y Difuntos, como los centros florales que adornan el campo santo olvidado durante el resto del año, vuelven las gachas al Albendín. La cocina se llena de sartenes hondas de cabo largo, para aceite virgen, harina, y coscorrones de pan. Aromas de matalahúva, canela y almendra se propagan por todos los rincones de la casa despertando recuerdos de infancia de pueblo.

Como los huesos de santo y castañas en otras comarcas, las gachas son plato típico y tradición de estos días en Albendín. Su origen está unido a la celebración y cosecha anual de frutos de temporada, al homenaje a los difuntos pero también a nuestros miedos a su regreso. Según la tradición, fueron las gachas el sello perfecto de harina y agua para tapar cerraduras viejas de puertas por las que las animas podían anunciar la muerte venidera [1].

Sea o no este su origen, como las migas en tiempo de lluvia, o la ensalada el sábado y domingo de resurrección, las gachas reúnen a la familia en torno a un buen perol de cuchara y paso atrás, una escusa más para el recuerdo a los que se fueron desde el cariño de los que nos quedamos…


martes, 23 de octubre de 2012

La fiesta de la Piragüa, fiesta del río


Hace años, antes de que el Guadajoz quedara dominado por la presa de Vadomojón, el río era en verano espacio de encuentro y fiesta. La Higuerilla era la playa de Albendín, lugar de baños como el Puente de Piedra y La Maturra aguas abajo. En la huerta se preparaban sacos y cortaeras para ir de pesca a mano bajo las piedras, y se preparaban barcas y neumáticos para el paseo junto a la noria. Hoy vuelve la actividad en el río olvidado salvo para reclamar el agua para el olivo; vuelve la gente y las barcas como las anguilas que en otros tiempos remontaban desde el Guadalquivir.

En una de las primeras entradas del Blog hablamos del Piragüismo en el Guadajoz. Recogimos en su día los diferentes tramos propuestos en la Guía de itinerarios en el medio natural del término municipal de Baena editada por el Ayuntamiento de Baena (2000), así como de las sensaciones que el paseo en piragua despertaba en Pepe Arranza del Club Deportivo de Piragüismo de Córdoba.

El pasado 30 de septiembre, este club volvió al Guadajoz y Vadomojón organizando junto con la Alcaldía y el Club Náutico de Albendín, la primera Fiesta de la Piragua BaenaCultura. El evento incluía la travesía por el embalse y el descenso desde la presa hasta Albendín del río Guadajoz, toda una experiencia en aguas tranquilas y las corrientes del río bajo la galería cubierta de bosque de ribera.

De la galería fotográfica que el Club de Piragüismo de Córdoba nos regala del descenso y de la actividad en torno a la noria, hemos seleccionado varias imágines con objeto, de promocionar el buen hacer de esta entidad en nuestro entorno, así como difundir otros posibles usos del río complementarios al aprovechamiento tradicional del regadío.

A los que hemos tenido el placer y el honor de empaparnos con las aguas del río, entre el baño, la pesca y el vuelco de barcas de madera, el paseo nos trae recuerdos de días de verano, aromas de taraje y sal, de peces vivos y adobo, del picor de las moscas borriqueras en la espalda o el escozor del rasguño entre ramas.
 
Ojala que estos recuerdos vagos vuelvan al río durante el estío, cuando las aguas frías de Vadomojón atemperan el calor y más agua clara corre río abajo; ojala que cada año, la fiesta de la piragua sea la fiesta del río, que atraiga a tantos visitantes como el Sella en cada descenso, y que luego disfruten del paseo por la ribera y la noria; ojalá que el río vuelva a ser río vivido y espacio de encuentro.

Entrada dedicada a los miembros del Club de Piragüismo de Córdoba que cada año vuelven a nuestra aguas para demostrar que es posible ver y hacer otras cosas en el río.






 

lunes, 22 de octubre de 2012

3x3 cuestiones básicas en torno al potencial turístico de Albendín

Coincidiendo con el curso sobre alojamientos rurales que organiza la alcaldía de Albendín, parece que despierta en la población local el interés por lo turístico como alternativa y quizás única posibilidad de futuro. La coyuntura económica actual agravada por un año de cosecha mala de aceituna, y por ende de escasos jornales para llevar a casa, desvía la mirada hacia nuevos yacimientos de empleo y oportunidades de negocio. Como casi siempre, en tiempo de crisis, el turismo parece ser el bote salvavidas de jóvenes sin futuro, y emprendedores sin empresa que emprender, en los mares revueltos del campo, el andamio y la tienda.

 
Ahora nos fijamos en la noria y reconocemos su valor como elemento de interés turístico, tanto como el pozo de la plata, las salinas, la pedriza, el río o el pantano de Vadomojón, la torre del Montecillo, y así una larga lista de sitios, lugares o paisajes de los que ya hemos hablado y seguiremos hablando en ADLT. Con esto ya, y en la medida que desde este blog hemos podido contribuir a este despertar, nos sentimos satisfechos y honrados por ser punto de consulta y referencia para el curso. Sin embargo, de acuerdo con la finalidad última que nos mueve para echar horas buscando imágenes y notas para difundir el patrimonio integral de Albendín y su entorno, y motivar tanto al turista como a la población local el interés por esta localidad, no nos conformamos; aún queda mucho por hacer y decir.
Desde ADLT, damos la enhorabuena por esta iniciativa formativa que esperamos tenga continuidad con otros cursos y sobre todo que se concrete un proyecto turístico que pueda contribuir al bienestar de la población. En esta entrada queremos contribuir a este movimiento pro-turístico, como en otras ocasiones, desde el sentido común, desde una planificación estratégica que tanto en tiempos de crisis como de bonanza medite sobre nuestro entorno y acometa las medidas oportunas desde la reflexión sensata y la inversión razonada.

Se trata primero de crear y consolidar una oferta turística adecuada, que sea de interés y cumpla con las expectativas del público que como turista o visitante elige Albendín como destino, una demanda exigente que hay que mantener informada y satisfecha; y por último, y no por ello menos importante, el desarrollo empresarial en torno a la actividad turística desde la iniciativa privada y el apoyo de las diferentes administraciones públicas competentes.

LA OFERTA TURÍSTICA DE ALBENDÍN (1)

Sin entrar en definiciones técnicas ni desarrollo conceptual al uso, la oferta turística de Albendín viene dada por el conjunto de hitos singulares de carácter ambiental, cultural o recreativo del entorno, así como el conjunto de equipamientos, infraestructuras y empresas que de una u otra forma facilitan o limitan la actividad turística con relación a la posibilidad de desplazamiento y comunicación, alojamiento, restauración y actividades de tiempo libre y ocio.

El entorno inmediato (1.1)

Respecto a los hitos o puntos de interés, en ADLT ya hemos dado cuenta tanto de elementos de interés de la localidad, como de su entorno inmediato y cercano. En la localidad, destaca el conjunto de la noria, el parque municipal y riberas del Guadajoz, así como el complejo deportivo del pabellón y pistas anejas. También de la Iglesia, la pedriza con su cruz, y ese mirador hacia el río y la campiña de la rotonda del Almendral. Y junto al pueblo, sus huertas a modo de prolongación de la vivienda y del paseo por la localidad, cortijos, salinas, pozos y yacimientos arqueológicos de gran importancia en Bichiri, Vadofresno, Cortijo Bajo o la Silera, huellas de nuestra historia milenaria pero también de nuestro pasado reciente como el conjunto de bunkers y casamatas de la guerra civil. De estos hitos, la noria o la iglesia, son objeto de conservación y mejora continua; otros esperan su turno; y en cualquier caso, todos aguardan un proyecto de ordenación conjunta que analice su estado de conservación y potencial, que habilite los equipamientos que permitan su aprovechamiento sostenible, y que los presente a través de diferentes medios y vías de difusión.

El entorno cercano (1.2)

Más allá del paseo o recorrido peatonal, Los Molinillos y el Montecillo, los puentes, los pozos, otros cortijos y huertas, los sotos del Guadajoz y el embalse de Vadomojón, son puntos e hitos singulares del entorno. De ellos el embalse es el elemento que hasta la fecha desde la iniciativa privada y pública han recibido más atención desde el Club Náutico del Albendín o desde el Ayuntamiento; otros como Los Molinilllos y el Montecillo, están en la lista de futuras actuaciones en el ámbito del proyecto Baena Cultura, y como en el caso anterior, todos a la espera un enfoque territorial e integrador.

Equipamientos, infraestructuras y servicios turísticos (1.3)

Nunca, salvo contadas excepciones, nos acordamos del turismo cuando otras actividades como el aceite, la construcción y los comercios generaban riqueza. Nada nos hacía pensar que el precio del aceite superaría los costes de producción, que estallaría la burbuja inmobiliaria o que el poder adquisitivo de la gente se limitará tanto como en la actualidad. Igual que tuvimos que pensar en alternativa al olivar y mirar quizás al potencial de la huerta que no hicimos en su día, tampoco llegamos a reconocer y menos a consolidar la importancia de las escasas iniciativas privadas que en torno al turismo surgieron en época de bonanza. Hay quedaron los intentos de reconvertir elementos singulares del territorio como el Cortijo Bajo, los proyectos de puesta en valor del Doncellar y su entorno en Vadomojón, los apartamentos con potencial turístico del Llano, o la oferta de alojamiento de algunas de las casas de la localidad.

Con relación a otros equipamientos, los proyectos originales de una casa-museo de carácter etnográfico o de Semana Santa, así como la mejora y puesta en valor la noria y su entorno han tardado más de 10 años en concretarse como más o menos éxito. En el primer caso, la actual casa-museo etnográfico cumplió con los objetivos de habilitar un espacio para estudiar y difundir el patrimonio rural, pero quedan pendientes los de su mantenimiento y ampliación. En el caso de la Casa-Museo de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, ocurre algo parecido. Los esfuerzos de cara a su inauguración cumplieron con las expectativas iniciales, pero ante la falta de continuidad, tanto en el desarrollo interpretativo como en la adaptación del edificio a la función expositiva, ha llevado a un estado actual de deterioro de los materiales originales y a una pérdida de interés general por uno de los hitos singulares de Albendín, su Semana Santa. Respecto a la noria, las últimas intervenciones municipales han dejado un espacio de máximo interés tanto con las mejoras de iluminación, como la habilitación del Parque Fluvial, sin embargo, quedan pendientes actuaciones complementarias para consolidar el potencial de uso público del entorno.

Respecto a otros equipamientos, salvo algunos intentos de señalización desde la mancomunidad de municipios o desde el propio ayuntamiento, poco más. Esperan su ocasión, los miradores en torno a los Bermejales, El Almendral, o la habilitación del sendero del Guadajoz.

No tenemos punto de información turística en que el visitante pueda obtener información sobre la oferta, tampoco en Baena ni en los museos municipales, ni en la propia oficina de información turística encontramos los escasos folletos que relacionados con el turismo en Albendín se han elaborado en los últimos años.

La oferta actual de alojamiento es escasa, y en cualquier caso poco conocida. Respecto a establecimientos de restauración la falta de iniciativa empresarial poco convencida del su potencial e importancia o en su caso agobiada por los escaso resultados a corto plazo, no ha permitido el desarrollo de una oferta gastronómica adecuada, salvo en días contados de Semana santa o en la Ruta de La Tapa.

En resumen, queda pendiente una dotación adecuada de equipamientos turísticos como senderos temáticos y señalización en general, miradores y puntos de información que por su naturaleza y ámbito debería ser promovidas por las distinta administraciones públicas con competencias, desde el Ayuntamiento, La Mancomunidad y Grupo de Desarrollo, la Diputación, y las Delegaciones Provinciales correspondientes de la Junta de Andalucía. Pero también queda a la espera el desarrollo de iniciativas privadas con relación al alojamiento y restauración, así como relacionadas con servicios turísticos de apoyo a la visita como guías, paseos en bicicleta, caballos, actividades náuticas, etc.

LA DEMANDA TURÍSTICA DE ALBENDÍN (2)

Tan importante es reconocer las oportunidades y limitaciones de la actual oferta turística de Albendín y su entorno, como algunos aspectos relacionados con el visitante o el turista. El primero es la persona que un momento dado decide pasar una jornada en Albendín recorriendo sus calles, visitando sus museos, su monumentos o asistir a los actos culturales y recreativos relacionadas con las diferentes fiestas de carácter religioso (Semana Santa, Romería, Candelaria, Corpus,…) o popular (Ferias de Agosto y Septiembre, Carnaval,…) de la localidad. El turista, es la persona que además de esta jornada diaria decide prolongar su estancia aprovechando el alojamiento que le ofrece la casa familiar, los amigos o la oferta de alojamiento público existente, y seguir participando de la fiesta o de los paseos por el entorno. Visitantes y turistas tienen múltiples perfiles, expectativas, necesidades y capacidad de gastos que difícilmente podemos tipificar sin estudios específicos como los que se suelen hacer en otros ámbitos turísticos.

Sin entrar en el rigor técnico, y necesario para una efectiva caracterización de la demanda actual y potencial de la oferta turística de Albendín, a continuación presentamos algunas cuestiones que desde ADLT se consideran de interés.

Sobre la información y promoción turísticas (2.1)

Antes que una persona elija Albendín como destino turístico o jornada, debe encontrar información adecuada sobre su oferta turística. Para ello puede utilizar los servicios que le ofrecen los correspondientes operadores turísticos y agencias de viaje, o mediante la consulta particular a diferentes medios de disponibles de promoción turística relacionados con rutas culturales, turismo activo, rural, etc. disponibles en internet o en las oficinas de información correspondientes, o simplemente preguntar a amigos y familiares sobre qué ver y hacer en Albendín.

La presencia de Albendín en el ámbito de los operadores turísticos es escasa o nula. La falta de alojamiento, dinamización y todo el conjunto de cosas que ya hemos comentado. Respecto a la participación de Albendín en la documentación turística relacionada con rutas o itinerarios a mayor escala, tanto de lo mismo. A nivel municipal, Albendín participa de la promoción general de los eventos y patrimonio general del proyecto Baena Cultura, pero elementos singulares como los Molinillos, el Montecillo, la Silera, las salinas, y así otros tantos elementos de los que hemos dado cuenta en ADLT, hasta la fecha son difíciles de ver en la información on line o en los diferentes materiales de difusión del proyecto. Tampoco participa Albendín de rutas culturales en las que Baena aparece como municipio, como caminos de pasión, el camino de Santiago, o la Ruta del Califato, entre otras. A nivel comarcal, tampoco Albendín ocupa mucho espacio ni en las acciones de promoción turística de la Mancomunidad de Municipios, y menos en las del Grupo de Desarrollo Rural del Guadajoz (ADEGUA). Otro tanto de lo mismo a nivel provincial o regional.

La falta de presencia en estos medios, lejos de ser un problema atribuible a los promotores de las diferentes iniciativas, es un problema de ámbito local, tanto de la iniciativa privada como pública. En el primer caso, la falta de emprendedores y en el segundo la escasa capacidad del inversión pública crea un círculo vicioso en el que no hay promoción, no hay iniciativa empresarial, no hay oferta, no hay demanda…, que debemos romper con máxima prioridad con objeto de que exista más promoción, más iniciativas empresariales, más oferta, más demanda.

Las expectativas y exigencias de la demanda (2.2)

La decisión de Albendín como objeto de visita y turismo genera expectativas diferentes según la tipología de la demanda. El que viaja o vuelve a Albendín de la mano de amigos o familiares para pasar un determinado día, fin de semana o puente, sabe de antemano dónde dormir y comer. De la satisfacción de las expectativas de este primer contacto, puede que el viajero vuelva con nuevos acompañantes, independientemente de que se sus amigos y familiares regresen al pueblo durante la semana santa o el verano.

Este es sin duda el primer grupo que define demanda turística de Albendín, y uno de los más importantes del turismo rural, incluye las familias que vuelven a pasar vacaciones y días festivos que aprovechan la casa propia vacía durante el resto del año, o la casa de su familiares. Es un grupo que busca el encuentro con la familia y amigos pero que también está acostumbrado o al menos conoce unos servicios de restauración, alojamiento y equipamientos turísticos de su localidad de origen o en su entorno que utiliza o puede utilizar, pero sobre todo comparar con los que Albendín ofrece. Este visitante o turista, al que se le llega a dedicar toda una feria como la de Agosto, en honor a nuestros emigrantes, cumple sus expectativas en función del desarrollo de su estancia, de lo que haya comido, visto o hecho fuera o dentro entorno familiar. A la familia que llega con los pequeños, una oferta de actividades de tiempo libre en torno a la piscina y parque municipal, un paseo a caballo o una jornada en la huerta puede ser lo suficientemente atractivo para que en el siguiente viaje vuelva con una agenda ampliada de cosas por hacer e incluso acompañado de amigos.

El segundo grupo de visitantes o turistas está formado por aquellas personas que incluyen al pueblo como punto de parada en un viaje organizado (ruta en bicicleta, car,..) o como objeto especifico de visita interesado en ver o hacer algo especifico como la noria y el paseo o pesca en el embalse. En el primer caso, la estancia será corta, como máximo de varias horas, el tiempo suficiente para ver como mucho la noria, o tomarse un descanso en la ruta. En el segundo, la jornada se amplía a 6-8 horas e incluye un conjunto de actividades que van desde un paseo en barca o pesca, una largo paseo en bicicleta, con desayuno y una comida en el mismo embalse o una parada del itinerario. Se trata de viajeros a los que desde poblaciones más o menos cercanas Albendín y su entorno despierta interés particular, pero que carecen de la perspectiva global del conjunto de la oferta. Suelen verse durante las mañanas de domingo o sábado en grupos o título individual por el parque, la noria o en las orillas de Vadomojón. Aunque repitan el viaje no necesitan alojamiento.

Y por último, entramos en el viajero o turista que decide pasar más de una noche en el pueblo, bien como parada de una ruta más amplia, o como destino especifico de su tiempo libre o vacaciones. Hasta la fecha, pocos han sido los turistas que de este tipo han pasado por el pueblo por razones obvias, pero si somos consientes que al menos han preguntado por la posibilidad de alojamiento. Se trata de turistas que pueden responder a un tipo general de usuario de turismo rural interesado en valores culturales o ambientales, en el turismo natural, activo o cultural. Son usuarios en su mayoría de la capital o de otras provincias que practican el turismo rural de forma periódica en otras comarcas de larga y mayor tradición turística que la de Albendín (Subbética, Alpujarras, Sierra Morena, etc.). Conocen una amplia variedad de equipamientos y las especificaciones de cada uno de los tipos de alojamientos rurales.

La capacidad de gasto de la demanda (2.3)

La cantidad que cada uno de estos tres tipos de visitantes y turistas decida invertir en su viaje o estancia en Albendín dependerá de sus expectativas, calidad de servicios recibida y por supuesto, poder adquisitivo. A falta de estudios específicos, no quedaría más remedio que recurrir a otras fuentes de carácter general o de otras comarcas. La cuestión es qué fuentes o qué comarcas consideramos como útiles para el caso concreto de Albendín. En principio, pocas o ninguna, en cuanto que las experiencias o comarcas analizadas están lejos de la realidad actual e inmediata de Albendín. Decir que el gasto medio por excursión varía a nivel de Andalucía entre 17 y 22 euros según la provincia, y por día de turismo entre 40 y 70 euros persona y día, es tanto como dar rienda suelta a cábalas y proyectos ilusionantes que acaben en rotundo fracaso y lo peor de todo que desanimen cualquier tipo de iniciativa empresarial.

Por tanto es importante y prioritario igual que otros aspectos, establecer unas valores de referencia a incluir en los estudios de viabilidad de cualquier iniciativa empresarial relacionada con el turismo en Albendín. Una manera inmediata es preguntar a los distintos establecimientos de restauración de la localidad el volumen de ventas relacionado con los residentes y visitantes a lo largo del año. Esto nos daría idea de una primera aproximación al tema y quizás la sorpresa de cifras más que interesantes durante periodos concretos como semana santa, algunos puentes y días de verano, en los que el gasto medio solo en restauración por persona y día puede alcanzar cifras nada despreciables.

LA EMPRESA TURÍSTICA DE ALBENDÍN (3)

Pocas han sido las iniciativas turísticas de carácter privado en Albendín; menos o casi ninguna las que se han consolidado, al margen de los establecimientos de restauración que más o menos hacen su agosto en tiempos de verano (ferias), primavera (semana santa) o invierno (navidad y fin de año).

Pasemos página, y abramos un libro en blanco en el que escribamos experiencias relacionadas con nuevas iniciativas empresariales de alojamiento, restauración y actividades turísticas desde la idea de calidad en los servicios y atención al cliente. Al respecto, iniciativas como el curso sobre alojamientos rurales, y otros similares juegan un papel fundamental, pero debemos profundizar en varios aspectos de cara a la apuesta turística de la localidad.

Solvencia técnica, administrativa y financiera de la empresa turística (3.1.)

Como en cualquier otro ámbito de actividad económica, la creación de una empresa relacionada con el turismo (alojamiento, restauración o servicios de ocio) está sujeta a unos procedimientos administrativos y obligaciones fiscales. Lejos está la imagen que algunos medios de comunicación o campañas publicitarias nos ofrecían de los lugareños con boina y pañuelo satisfaciendo los gustos exquisitos del turista con el mejor plato (o lata) de fabada tradicional. El turismo rural es un sector que sin personal ni medios suficientemente formados y adecuados tiene poca probabilidad de éxito.

Como todo negocio, la empresa de turismo activo, alojamiento turístico o de simples paseos en barco por el embalse necesita de un plan de negocio en el que se especifique el producto o servicio, se analice el mercado, con su oferta y demanda potencial, y se asignen unos recursos humanos y técnicos adecuados con un balance realista de ingresos y gastos. No es tarea sencilla, como tampoco abrir un taller de mecánica en un pueblo con escaso parque móvil o un nuevo invernadero en Almería, pero tampoco imposible. Pocos Ayuntamientos invierten el 70% de su presupuesto en cultura y turismo como el Ayuntamiento de Baena, lo que demuestra el compromiso y apuesta municipal por estos temas como alternativa de desarrollo posible. La iniciativa privada debería hace tanto de lo mismo, y comenzar al menos a reflexionar sobre los valores y limitaciones que el turismo, ya en el entorno de Albendín, se pueden aprovechar o hay que corregir.

La calidad y la excelencia como bandera (3.2)

Hablamos antes del círculo vicioso entre la falta de inversión pública y la iniciativa privada (…no hay promoción, no hay iniciativa empresarial, no hay oferta, no hay demanda…). Alguien tiene que dar el primer paso o salto y nadar contracorriente. La empresa debe asumir sus riesgos y en su caso minimizarlos desde el estudio del mercado y estrategias de comercialización privadas como cualquier almazara de las muchas del marco de la Denominación de Origen Baena, lo que no quieta que para desarrollar y velar por el concepto de calidad y excelencia del sello o etiqueta correspondiente, la DO exija unos estándares de calidad, o que el Ayuntamiento de Baena sea el titular del Mueso del Olivar y el Aceite, o el promotor de las jornadas del olivar. Las empresas tienen que echar a andar igual que las administraciones públicas apoyar en la medida de sus competencias la actividad emprendedora o empresarial, o la puesta en valor del patrimonio cultural y natural con interés turístico. En ambos casos debe primar la calidad como objetivo desde la formación, la asistencia técnica, y la inversión necesaria.

Proyecto compartido (3.3)

Desde ADLT no sólo aplaudimos cualquier iniciativa pública de lo cultural y su aprovechamiento como recurso sino que nos implicamos de forma directa con nuestro tiempo y trabajo sin ninguna otra satisfacción que la de ver crecer el número de seguidores, entradas y comentarios del Blog. Haga lo mismo la empresa privada y reflexione al menos sobre las alternativas económicas que desde el turismo nos puedan ayudar no tanto a volver a tiempos pasados como a generar un nuevo modelo de desarrollo que evite caer cada 10 años en una nueva crisis socioeconómica. Y en el mismo sentido, que las administraciones públicas vean el territorio como un espacio en el que tienen cabida múltiples actividades económicas y que fomenten la puesta en valor de su patrimonio desde la planificación y el apoyo a cualquier iniciativa empresarial o cultural que repercuta en el bienestar de su población.

Compartamos pues nuestras obligaciones y compromisos, y entre todos contribuyamos a hacer realidad un nuevo modelo de desarrollo desde la cultura y el patrimonio de Albendín y su entorno.