miércoles, 4 de enero de 2012

Árboles singulares (2). El taraje del Vado de Las Estacas y el acebuche de Ízcar

Entre los mares de olivos y tierra calma aparecen en la comarca islas e islotes naturales de carácter singular. Es el caso de árboles aislados con siglos de historia por contar, de resistencia al arado, al fuego o la tala indiscriminada, como el Taraje del Vado de Las Estacas y Acebuche de Ízcar.

Cuando hablamos de los tarajales del Guadajoz [1] os presentamos al taraje del Vado de Las Estacas. Hoy aportamos nuevos datos sobre este árbol singular así como del acebuche de Ízcar a partir de los contenidos de los correspondientes inventarios de árboles y arboledas singulares de Córdoba y Andalucía [2,3].

El taraje del Vado de Las Estacas es uno de los de mayor grosor de tronco de la provincia de Córdoba, y uno de los mayores de Andalucía, con cerca de 6 metros de perímetro y 9 metros de altura. Se ramifica a poca altura en dos ramas maestras con perímetros cercanos a 4 metros que sostienen una copa de ramaje bastante denso cuya proyección supera los 50 metros cuadrados.

Cuando en el 2002 y 2003 se presentaba el entorno del taraje se hablaba de un soto denso de tarajal, hoy como en otros tramos el taraje va poco a poco desapareciendo, resaltando aún más la singularidad de este árbol centenario.

El acebuche de Ízcar destaca también por su porte, con 12 metros de altura y 2 metros de diámetro a 1 metro de altura, y por la caprichosa forma de su tronco que abraza a la piedra caliza sobre la que nace, y que sin duda lo salvado de la tala. Se ramifica en tres ramas maestras que soportan una copa cuya proyección supera los 85 metros cuadrados, más que la superficie útil de la mayoría de pisos y apartamentos de la capital.

Como en el caso anterior, diez años después de su inventario, su entorno, antes de secano y cereal, se ve modificado con un nuevo olivar de regadío, que irá ahogando al acebuche hasta ocultarlo en pocos años, sin que nadie hubiera caído en preservar este espacio como uno de los pocos elementos naturales de nuestro patrimonio, a pesar de estar incluido en el Planeamiento Municipal como un elemento de gran interés ambiental que es necesario proteger. De acuerdo con la normativa del PGOU en estos sitios, en los que se incluyen, entre otros elementos, algunos árboles singulares como es el caso de este acebuche y la encina centenaria de Vadofresno, no se permitirá ninguna actuación que implique transformación del uso existente y/o que suponga un deterioro de sus valores naturales; por el contrario se realizarán en ellos actuaciones destinadas a la conservación y mejora de dichos valores (Artículo 8.1.19 sobre medidas para la protección y regeneración ambiental de los sitios o elementos singulares de carácter natural o seminatural. Normativa del Plan General de Ordenación Urbana del Municipio de Baena.)

Dedicamos a esta entrada a nuestros amigos Curro Ordoñez que nos remitió las fotos de estos dos “abuelos” que ilustran esta entrada y Manolo Luque que andando-ríos los presentó en su día a los técnicos de la Diputación. También lo hacemos a nuestras administraciones, a la regional y provincial para que no olviden estos y otros árboles singulares de nuestro entorno a pesar de incluirlos en sus inventarios y subrayar su interés y singularidad; y a la local para que tampoco lo haga y cumpla con la normativa vigente para garantizar su conservación.

[1] http://albendindesdelatorre.blogspot.com/2010/06/los-tarajales-del-guadajoz.html

[2] TAMAJÓN, R.; REYES, J. (2002). Árboles y Arboledas Singulares de la provincia de Córdoba. Diputación de Córdoba, Departamento de Medio Ambiente y Protección Civil. Serie Estudios de Medio Ambiente Provincial Nº 4.

[3] CONSEJERÍA DE MEDIO AMBIENTE (2003). Árboles y arboledas singulares de Andalucía. Junta de Andalucía.

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